179

2.2K 219 55
                                    

Olivia

Cuando abrí los ojos, lo primero que hice fue estirarme en la cama suavemente para darme vuelta y mirar la ventana.

Mi vista se fijó en la persiana y en como la luz del sol entraba levemente por sus ranuras. Me quedé viendo esto un rato, despabilándome.

Y entonces el recuerdo de la noche anterior apareció en mi cabeza, fue un remolino de emociones.

Al oír decir esas primeras palabras quise salir, abrazarlo, besarlo, decirle que yo también lo amaba y lo feliz que me hacía tan solo ver su cara. Pero, cuando me dijo “cagona” ya no sabía si salir o sí hacerlo para tirarlo del cabello ese hermoso que tenía.

Por suerte pude mantenerme en mi lugar, me recordé que no era un buen momento y que a parte Laura estaba ahí.

Iría en un momento de más calma.

Pedro fue quien terminó llevándome en su auto, charlamos un rato más en el camino, y me animó oír su entusiasmo porque el bebé naciera, por saber su género y las muchas cosas que le gustaría hacer con él.

Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras yo también pensaba en todas las cosas que me gustaría hacer con él o ella.

Sinceramente no me importaba su género, fuese cuál fuese lo que me importaba no era que genital iba a llevar entre sus piernas, yo solo quería tenerlo ya entre mis brazos y llenarlo de besos.

No sé en qué momento me comencé a enamorar de ese feto.

Llevé mis manos a mi estómago y comencé a acariciarlo mientras mi corazón latía rápidamente. Sentí un muy ligero movimiento, que fue suficiente para que abriera mis ojos de golpe y sonriera.

Inmediatamente me senté en la cama.

—¡Se movió! ¡Lo sentí, se movió! ¡Mi bebé se mov...!

Mis gritos se desvanecieron al darme cuenta de que no estaba con nadie allí en esa habitación.

Y sinceramente me dolió un tanto pensar que podría estar compartiendo este momento con Mateo.

Y claro que no le echaba la culpa él, era consciente de que era mi culpa.

Si bien, en su momento Mateo no me quiso escuchar, pero debí insistir más para poder contarle.

Es que no era cualquier cosa, ni algo simplemente mío. No eran mis mambos. Era nuestro futuro hijo.

Antes de largarme a llorar, decidí quedarme con la sonrisa en mi cara y bajar hasta donde mi mamá.

—¡Sentí como se movió el bebé! —Grité.

Ella abrió los ojos y sonrió.

—¿En serio? ¿qué hizo? ¿te pateó? ¿fue brusco? —Dijo emocionada.

—No, fue en realidad muy suave, estaba acariciando mi panza cuando lo sentí. —Dije y ella me miró con ternura.

Nunca me imaginé un momento así con mi mamá, pero me llenaba tanto la vida que estuviera sucediendo.

—Estoy feliz por vos. —Dijo ella y asentí.

—¡Olivia! —Me gritó Adrián.

Caminé hasta la sala y lo vi ahí, mirando unos papeles, como cosa extraña, él se encontraba trabajando.

—¿Me podés hacer un favor? Recogeme los correos que deslizaron debajo de la puerta. —Dijo él.

—¡Yo voy! —Dijo Liz corriendo a la puerta y yo la seguí.

Habían un montón de papeles, todos eran blancos o color crema, pero había uno negro con naranja súper brillante.

Liz iba a correr hasta Adrián pero agarré la carta negra y le guiñé un ojo.

Ella se fue y yo miré la carta.

¡Estás invitada a nuestra fiesta!

Alcé una ceja al ver el titular de esta y decidí subir a mi pieza para verla bien.

Me senté en la cama como indio y abrí el envoltorio para sacar una carta igual de brillante, lo cuál había llamado mi atención.

Ya que entramos en el mes de octubre, decidimos hacer una fiesta con temática de halloween.
Solo mayores de edad.
Habrá alcohol y comida en un salón alquilado (abajo la dirección)
Invité a la gente del barrio y a todas las casa de los pibes con los que estudié.
Obligatorio llevar un disfraz.

Iba a dejar de leer cuando leí algo que me llamó la atención.

Habrá un premio para el mejor disfraz, rey y reina de la fiesta. ¡Seremos exigentes!

Solté la carta y suspiré, me había llamado la atención lo de la reina de la fiesta, pero sabía que no le convenía ir porque era famosa.

Afortunadamente no me habían visto casi aquí en Argentina, y quién me reconocía me pedía un autógrafo y no fotos. Lo que era demasiado bueno para mí.

Así que no daba exponerme así en una fiesta. A parte de que la fiesta era pasado mañana y no quería que me descubrieran sin antes haber hablado con Mateo.

Miré la dirección y me di cuenta que era cerca del parque y que la fiesta empezaba a las 11:00 p.m, no muy tarde.

Me levanté de la cama, ni en pedo iba.

Mi cabeza se desvió al hecho de que tenía que hablar con Mateo, a veces pensaba en hablarle a su número pero sería demasiado cobarde de mi parte decírselo por WhatsApp o por Instagram. Aunque Instagram no lo tenía pensado usar de todas formas.

Me senté en la mesa de abajo y desbloqueé mi celular.

¿Le hablaba o no le hablaba?

Podía simplemente decirle que estaba en Argentina.

Hice una mueca y sin pensarlo entré a Pinterest para ver disfraces.

Podía ir con el mejor disfraz y con un antifaz.

Sonreí, esa era una buena idea.










Holaa, capítulo al despertarme, ahí lo tienen.

¿Cómo van todas? Las amo un montón. ❤️

Sí jajaja, me equivoqué en el anterior, puse Amelia en vez de Olivia gente, es que se me complica 😞😞

Mess [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora