Nos vemos en el infierno

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''Si está en un callejón sin salida, no sea tonto... salga por donde ha entrado.''
Jorge Bucay

Observo el mar, que mece a los barcos como si fueran juguetes, en medio de la niebla primaveral

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Observo el mar, que mece a los barcos como si fueran juguetes, en medio de la niebla primaveral. Siento unos brazos envolverme la cintura y el olor característico de Ahmed, que apoya su barbilla en lo alto de mi cabeza. Después, un beso en el pelo.

- Es muy temprano Defne - susurra Ahmed - ¿Qué haces aquí?

- Me gusta mirar el mar - respondo - me recuerda a mi casa.

Desde la rebelión, los recuerdos de mi vida en el siglo XXI me asaltaban con frecuencia. Lamentaba no haberme podido despedir de nadie, jamás poder volver a ver sus caras. Me inquietaba el no saber que les habría pasado desde aquella lejana noche de enero.

- La costas del Mediterráneo- susurra Ahmed - Tal vez tu familia esté ahora mismo mirando las mismas aguas que tú.

- Lo dudo mucho - digo, respirando con algo de angustia.

- Eh - dice Ahmed, girándome para quedar cara a cara. Después aparta con suavidad las lágrimas de mis mejillas - No llores, le harás daño al bebé.

Yo sollozo, y Ahmed me estrecha contra su cuerpo con fuerza.

- Ahora estás aquí - dice - Los niños, las chicas, Hadgi, Cennet,... todos somos tu familia.

La nostalgia sigue invadiéndome, pero Ahmed no sería capaz de entender jamás ese sentimiento. Clavo mis pupilas en sus ojos marrones, y veo como una parte de mi dolor se transmite a él.

- Sé que yo no puedo entender lo que tu sientes - dice, mientras yo me vuelvo a girar hacía el mar - No se como soportaría ser arrancado de mi familia.

- Todas las muchachas que alguna vez estuvieron en el harén, incluida tu madre, lo saben - contesto, sintiendo como apoya su cabeza en mi hombro.

- ¿Ves eso? - pregunta, señalando un punto en la niebla matutina. Entre el humo se dibujaba la forma de una cúpula en medio del agua.

- ¿Qué es? - pregunto, entrecerrando los ojos para intentar ver mejor.

- La llaman la Torre de la Doncella - responde Ahmed - Según cuenta la leyenda, un emperador que amaba mucho a su hija la construyó para protegerla de una profecia que decía que la princesa sería envenedada por una serpiente en su decimoctavo cumpleaños.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora