Osman

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''Si mal no recuerdo, la infancia consistía en tener ganas de aquello que no se podía conseguir''
Audur Ava Ólafsdóttir

''Si mal no recuerdo, la infancia consistía en tener ganas de aquello que no se podía conseguir''Audur Ava Ólafsdóttir

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Los días pasan y la única noticia importante era el regreso de Mahfiruz Hatun al palacio a principios de agosto.

Era un jueves, 6 de agosto si no me equivoco, y mi barriga, a pesar de solo tener doce semanas, ya se notaba bastante. Ahmed me había mandado llamar, así que las chicas me estaban preparando.

Cuando por fin estuve lista, Turhan y Beyhan me acompañaron hasta las puertas de la habitación de Ahmed. Los Âgas del exterior agacharon la cabeza y abrieron la puerta, sin necesidad de que dijera una palabra.

En el interior, Ahmed estaba sentado en el escritorio, y dos pequeñas figuras estaban a su lado, observando cómo este trabajaba en un barco de madera. Ninguno se da cuenta de mi presencia, así que hago una reverencia al tiempo que digo:

- Su Majestad, Şehzade Mustafá, Sultana Hatice - los llamo, uno por uno.

Los dos niños se giran y se acercan a abrazarme con entusiasmo, mientras Ahmed deja la pieza en el escritorio y se levanta de este.

- Defne - me llama la pequeña Hatice.

- ¿Si Sultana? - pregunto, mientras me agacho un poco a su nivel.

- ¿Porque tienes la barriga más grande? - pregunta, señalando el bulto que sobresalía de mi vestido beige.

- Eso es porque hay un bebé ahí dentro - le responde Ahmed con una sonrisa, que ya está a nuestro lado.

- ¿Un bebé hermano? - pregunta esta vez Mustafá.

- Así es ardillita - le dice, revolviéndole el pelo al niño. Después se agacha a la altura de la pequeña Hatice, a la coge en brazos.

- ¿Puedo tocarlo, hermano? - pregunta Hatice, mientras le toca la cara a Ahmed.

Ahmed me mira y yo asiento, incorporándome, y Hatice toca con cuidado la barriga, acariciandola con delicadeza. Mustafá repite su acción y se queda mirándome.

- ¿No parece que haya nada? - dice el niño.

- Eso es porque el bebé aún es muy pequeño, Şehzade - respondo, sonriente.

- No quiero que mi sobrino sea tan pequeño - me responde el niño, con un puchero.

- No sabemos si será un niño, Şehzade - le digo - y siento decirle que aún tendrá que esperar unos meses para conocer al bebé.

- Yo quiero que sea una niña - dice Hatice, mientras se agarra mejor al cuello de Ahmed - Así podré ponerle vestidos.

- ¿Tú que quieres que sea hermano? - le pregunta Mustafá a Ahmed, abrazándome por la cintura y apoyando la cabeza en la barriga.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora