Una despedida

322 34 6
                                    

''Siempre es más difícil que te dejen atrás que ser el que se va.''
Brock Thoene

En cuanto las Sultanas y Mahfiruz salen de la habitación, me quedo mirando a Ahmed, y lo único que puedo hacer es abrazarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En cuanto las Sultanas y Mahfiruz salen de la habitación, me quedo mirando a Ahmed, y lo único que puedo hacer es abrazarlo.

- ¿Porqué? - pregunto, con lágrimas en los ojos.

- Tengo que ir, Anastasia - me dice, apartando una lágrima que me cae por la mejilla- Debo proteger mi Imperio.

- No tienes porque- le digo, mirándolo con preocupación.

- No me pasará nada Anastasia - me dice, volviéndome a abrazar, pasando su mano por mi espalda.

- Eso no lo sabes - replico.

Antes sabía que podía protegerte, esto no estaba en ningún libro que haya leído.

- Pues rézale a Allah para que así sea - me dice, y lo miro algo confusa - Te pido que me mantengas en tus plegarias y así Allah me protegerá.

Pero si yo no rezo.

- Pero - intento replicar.

- Allah me protegerá si tú se lo pides - dice, alejándose de mí y sacando algo del escritorio. Después, se acerca con dos cosas en la mano: el collar de azabache y el pañuelo blanco. - La última vez que pediste por mí, Allah estuvo a tu lado.

- ¿Aún los conservas? - pregunto, agarrando el collar de su mano y pasando una mano por la bala de plomo incrustada en la piedra negra.

- Por supuesto que lo hago - me dice.

- Llévatelos - le digo, entregándole el collar otra vez - Llévatelos contigo y póntelos, por favor.

El collar me protegió una vez, puede que también lo haga por ti.

- Si así te sientes mejor lo llevaré junto a mi armadura - responde, dejando ambos obejtos en la mesita.

- ¿Porqué te llevas al Şehzade Mustafá? - pregunto - Es muy pequeño para ir a un campo de batalla.

- Mi hermano es una amenaza para mi trono - contesta, cogiéndome la mano para dirigirnos a su terraza - Y cómo tal, debe venir conmigo, para evitar una posible rebelión.

- Prométeme que no lo dejarás entrar en batalla - le pido, mientras nos sentamos.

- Te preocupa mucho mi hermano - observa.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora