''El único símbolo de superioridad que conozco es la bondad.''
Ludwig van BeethovenYo me quedo observando la fachada del lugar, cuando una voz me llama.
- Defne - dice Ahmed, mientras se dirige a mi.
- Su Majestad - reverencio.
- Adelante - contesta, mientras las puertas del santuario se abren.
Rodeados de guardias, Ahmed y yo entramos en el edificio, seguidos de una multitud un poco ridícula de criados. En cuanto cruzamos las puertas, algo dentro de mi alma se estruja un poco.
El interior del edificio está abierto en un patio, que cómo los calles, está hecho de mera tierra, aunque ahora está cubierto por las trazas de nieve de hacía una semana. En el centro había como una especie de tejado, y en haciendo la misma forma hexagonal del tejado, sillones con cojines sobre los que había algunos niños sentados.
Aunque la imagen más desgarradora era la de la gente: mal vestida, con remiendos, o un aspecto horrible, hablaban en las esquinas junto a chimeneas, alejándose del frío invernal todo lo que podían. Pero no era solo este patio, sino todas las calles de Estambul. No puedo evitar mirar con tristeza a la gente del lugar.
- Su Majestad - dice un hombre, avanzando hacia nosotros e haciendo una reverencia- Es un honor que estéis aquí.
- Gracias Kizlar - responde Ahmed - La Sultana Defne deseaba visitar al Hudayi.
- Por supuesto, sus deseos son órdenes, mi Sultana - repite el hombre, haciéndome una reverencia. - Por aquí si son tan amables.
Ahmed asiente y les indica a los guardias que esperen. Ellos se posicionan en el lugar, y entonces Ahmed me dice que avance, cosa que hacemos hacia el interior del edificio.
En la sala, no muy bellamente decorada se encuentra la figura, aparentemente siempre vestida de blanco de Aziz Mehmed Hudayi, que se está lavando los pies, mientras un hombre le echa agua. Concentrado como está no nota que Ahmed le ordena al criado que se aparte y él es el que continúa echándole el agua.
A decir verdad, eso es una gran muestra de respeto por parte de Ahmed.
Yo le indico a otro de los criados que me entrege la toalla con la que debe secarse los pies. En Hudayi continua el proceso ajeno a nuestras presencias, hasta que estira la mano para recibir la toalla, puesto que mi mano con anillos no corresponde con la de su criado. Enseguida levanta la mirada y me mira sorprendido, pero luego gira la cabeza y mira a Ahmed. Inmediatamente se pone de pie y hace una reverencia.
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Anastasia
Historical Fiction1a NOVELA de la Saga: Las Hermanas El único deber que tenemos con la historia es reescribirla. Oscar Wilde. Nunca mejor dicho #1 ella (27/02/2021 - 30/03/2021) #1 otomano (21/07/21 -