La perspectiva de un Sultán

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''Todo lo que escuchamos es una opinión, no un hecho. Todo lo que vemos es una perspectiva, no es la verdad.''
Marco Aurelio

10 de enero de 1603 12:15

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10 de enero de 1603
12:15

Sulfikar Âga entra en la tienda. Kilsarsah, mi médico personal, me cuenta el estado de las heridas de la muchacha que me ha salvado.

- Sus heridas parecen un poco más graves que las suyas, su Majestad - dice - Tiene bastantes cortes y moratones, aunque lo peor son las rodillas y el golpe que tiene en la cabeza. Sospecho que no son procedentes del golpe que se dio al salvarlo.

- Lo sé - replico - cuando apareció ya estaba sucia y herida. ¿Cómo cree que terminó así?

- Sus otras heridas indican otra caída, o un golpe muy fuerte en la cabeza - responde Kilsarsah.

- Sulfikar -lo llamo. Este se acerca y inclina ante mí.

- A sus órdenes, mi Sultán - dice mientras se pone recto.

- Ve a despertar a la chica y tráela - este asiente y se retira.

- Tú - digo señalando a uno de los soldados de la puerta.

- ¿Que desea su Majestad? - pregunta tembloroso.  Comprendo su miedo, era uno de los que me acompañaba esta mañana y ya había experimentado por primera vez el peligro y la muerte.

- Trae a los pashas - le ordeno.

El chico asiente y sale de la tienda con prisas. A los poco minutos, Hasan, Elias y Yusuf Pasha entran en la tienda, al igual que Jilakar Âga. Los cuatro se inclinan y entonces se escucha la voz de Sulfikar fuera.

- Entra - le dice el Âga a la chica.

- ¿Adentro? - dice su voz femenina en una lengua que no comprendo

Silencio.

- ¿No vienes? - vuelve a preguntar la chica.

- No - responde firmemente Sulfikar.

- Vale, vale, ya entro - se la escucha decir. Posteriormente la cortina de tela de entrada de la tienda se levanta y la chica entra.

Observa a su alrededor y a la gente que hay en la tienda. Yo hago con ella lo mismo. Sigue estando sucia, pero tienes las heridas vendadas, tal y como le había indicado a Kilsarsah. Los tres pashas estaban inclinados, como Jilakar y Kilsarsah. Mi escriba, Bayezid, tenia su cabeza gacha mientras escribía en el pergamino. Les hago una señal y los Pashas se levantan.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora