Alexander

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''Aún tiene que probarse que la inteligencia tenga algún valor para la supervivencia.''
Arthur C. Clarke

- ¿De verdad vais a acoger dos crías de caracal? - pregunta Iskender

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- ¿De verdad vais a acoger dos crías de caracal? - pregunta Iskender.

- Sí, y ese es para ti - respondo, indicando con la cabeza al que Iskender sostiene.

- Como ordenéis Sultana - suspira y después levanta un poco al animalito - Deberíamos volver al lado del río Sultana.

Yo asiento, y ambos volvemos con rapidez, siguiendo las marcas que yo había dejado en los árboles. Cuando llegamos, veo el montón de leña que Iskender había recogido. Yo me siento y Iskender coloca al último felino encima de mí, para encender el fuego con bastante rapidez.

En cuanto lo hace, ambos nos acercamos a él, y dejo a los animalitos, que se juntan entre sí y se acercan al calor del fuego. Tras un rato en silencio, solo observando el fuego, cuando veo el destello de algo, y casi me pego a mi misma por haberlo olvidado.

Me levanto del suelo, y lo recojo, para después girarme hacía Iskender, sosteniendo el teléfono móvil en alto. Este me mira con una expresión de terror.

- Yo - intenta decir el chico, que está en shock.

- ¿Quién eres, y porque tienes un Iphone X? - le corto.

- Ahora le explico que - balbucea, pero entonces se detiene, y me mira sorprendido - ¿Espera, sabes lo qué es?

- Sí - contesto - Ahora responde a mi pregunta.

A Iskender se le llenan los ojos de lágrimas mientras mira el teléfono que sostengo en la mano. Antes de que pudiera reaccionar se levanta y me abraza llorando.

- Iskender ¿estás bien? - pregunto, dándole unas palmaditas en la espalda.

- Creía que este día jamás llegaría- responde, deshaciendo el abrazo y limpiándose las mejillas. - Creía que estaba solo en este sitio horrible.

Yo lo miro y veo como una alegría desbordante brilla en sus oscuros ojos.

- Bueno, pues como ves, no lo estás - respondo.

Ambos nos quedamos unos segundos en silencio, pero el viento hace que el frío vuelva a hacernos necesitar el calor del fuego. Nos sentamos el uno frente al otro, con las piernas cruzadas.

- Mi nombre no es Iskender - empieza - mi verdadero nombre es Alexander y nací el 14 de enero del 2001.

- Entonces tan solo eres un año mayor que yo - le digo - yo nací en agosto del 2002, y bueno, ya sabes mi nombre.

- ¿Anastasia es tu nombre real? - pregunta con sorpresa - creía que te lo habías inventado porque es un nombre bastante común en esta época.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora