''Sólo quien encuentra vida puede encontrar tesoros.''
Paulo Coelho(TW: se hace mención se escenas desagradables con referencias a violencia sexual. Si esto os resulta desagradable o incomodo, recomendaría no leer el capítulo)
Escucho atentamente a los sonidos que el bosque trae, pero como ha ocurrido durante los últimos treinta minutos, los mismos sonidos se me aparecen.
Suspiro; harta ya de los pajaritos piar, las ramas y las hojas caídas en el suelo que crujen bajo mis pies mientras camino. Sé que no debería haber salido de la cueva en la que nos habíamos refugiado en la noche anterior. Sin embargo, mis instintos aventureros habían superado a mi cerebro calculador.
Y ale, aquí estoy, buscando por un bosque que no conozco a un grupo de bandidos armados. Genial Nasia, lo estás haciendo genial.
Había dejado a Sirin y a los niños en la cueva, junto a Abdullah, al cual había amenazado con cortarle la cabeza si me desobedecía. Sabía que a Iskender no lo convencería, así que cuando dijo que volvería al lugar donde nos atacaran para que los soldados del palacio lo encontraras, supe que esa era mi oportunidad. Después de dejarle las joyas a Sirin, por si en algún momento ocurría algo; salí de la cueva con la excusa de seguir a Iskender para que no estuviera solo. Sin embargo: esa no era mi misión.
Aunque esta táctica tampoco ha sido muy brillante.
Con la claridad que el sol empezaba a proporcionar, intentaba identificar cualquier rastro del paso de humanos en la tierra y en los árboles.
No se me da muy bien que digamos pero bueno.
Siento cómo el sol va ascendiendo poco a poco, y mi labor sigue sin dar ningún fruto. Derrotada, me siento en una roca, al borde de un pequeño riachuelo, dónde aprovecho para quitarme la sangre seca que aún adornaba mi cara. Me quito el abrigo e intento quitar las manchas de él, aunque no sirve para nada.
Por último, arranco otro trozo más de la tela de mi velo, y la engancho a uno de los arbustos que crecen en la orilla del agua.
Porque siempre hay que dejar migitas de pan.
Con un suspiro, me decido a levantarme con la intención de continuar un rato más mi búsqueda, cuando un sonido inusual llega a mis oídos.
Alguien grita
El chillido es tan desgarrador que la bandada de pájaros que había en los árboles cercanos había volado, y una pequeña liebre había huido a tremenda velocidad. Con rapidez, cruzo el riachuelo y me dirijo hacía donde provenía el grito, que se vuelve a repetir.
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Anastasia
Historical Fiction1a NOVELA de la Saga: Las Hermanas El único deber que tenemos con la historia es reescribirla. Oscar Wilde. Nunca mejor dicho #1 ella (27/02/2021 - 30/03/2021) #1 otomano (21/07/21 -