''La vida es misterio; la luz ciega y la verdad inaccesible asombra.''
Rubén DaríoSolo quedamos cuatro en la sala. El escriba, sentado en un lado, que no para de escribir. El eunuco con la cabeza gacha, que está retirado detrás de la tela blanca, cómo queriendo hacerse invisible. Por último, el Sultán, de pie a mi lado, y yo, sentada en el taburete de madera que los soldados han traído.
¿Qué se supone que tiene que pasar ahora?
Parece que el escriba piensa lo mismo, porque para de escribir y alza la cabeza. Le puedo ver el rostro. Es un chico joven, aunque con un poco de perilla. Es guapo, con la nariz aguileña, el pelo rubio, unos labios bastante grandes y los ojos verde oscuro.
Creo que el Sultán se ha dado cuenta de que me ensimismado mirándolo, porque se retira de su posición con un vuelo de su túnica, para sentarse en el trono. Así que lo vuelvo a mirar y el escriba vuelve a mojar la pluma en tinta.
- Teşekkür ederim* - dice el Sultán. Tiene la voz más profunda de lo que imaginaba por su apariencia física.
Ya bueno, no tengo ni idea de que estás diciendo chico.
- Tank yo* - dice después, de manera bastante torpe.
Ahora lo entiendo, más o menos. Me está dando las gracias, supongo que por salvarle la vida.
- De nada - le respondo, con una sonrisa.
Yo tampoco parezco entender que ellos no hablan mi idioma. Pero creo que ha entendido lo que quería decir. A continuación, el eunuco sale de detrás de la tela y se acerca. En los brazos lleva colgada una tela, que me entrega. Es una capa, o eso creo.
Entonces, para más vergüenza mía, mi barriga suena, hambrienta. El eunuco sonríe un poco, al igual que el Sultán, que le ordena al hombre que se acerque. El eunuco sale de la tienda, y a los minutos, entran en la tienda Rick y el médico. Se inclinan ante el Sultán y después se acercan a hablar con él.
El Sultán hace un gesto y da por terminada la conversación, puesto que los otros dos se inclinan, y Rick se acerca a mi. Me pone la capa por encima, que es suficientemente larga cómo para taparme entera, y me ayuda a levantarme. Después, el Sultán se levanta del sillón y sale de la tienda con un vuelo de túnica, seguido del eunuco y el escriba. Rick y el médico se inclinan, y yo lo hago más o menos por el movimiento de Rick.
Después salimos de la tienda. Ahora todos los soldados se encuentran alrededor del fuego, y todos tienen cuencos, que por lo que yo huelo deduzco que es sopa. Mi pobre barriga se queja mientras nos dirigimos a la tienda. Cuando finalmente estamos allí, Rick me ayuda a sentarme, y luego se va. El médico se queda conmigo.
Me vuelve a mirar la herida de la cabeza y después se coloca delante mío. Entonces, empieza a hacerme señales. Vale, de lo que he sacado en claro, es que no debo moverme mucho, reposo, no caerme más y no tomar cosas raras. Cuando termina la explicación, Rick entra con una bandeja, que deja en la mesita de mi lado. En la bandeja hay un cuenco con sopa, un poco del típico pan turco y un vaso.
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Anastasia
Historical Fiction1a NOVELA de la Saga: Las Hermanas El único deber que tenemos con la historia es reescribirla. Oscar Wilde. Nunca mejor dicho #1 ella (27/02/2021 - 30/03/2021) #1 otomano (21/07/21 -