El mundo sigue girando (Maratón 3/3)

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''Toda la sabiduría humana se resume en dos palabras: tener esperanza y esperar.''
Alejandro Dumas

El funeral de Ahmed se había celebrado con la solemnidad más profunda

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El funeral de Ahmed se había celebrado con la solemnidad más profunda. Todos los criados del harén lo habían presenciado y no se había oído más que las respiraciones de todos los presentes, y los llantos.

Ni Mahfiruz ni Kösem parecían muy tristes por lo que había pasado, y se limitaban a consolar a sus hijos. La imagen de Osman me aterraba, sabiendo como se comportaba el niño, pero me había parecido demasiado cruel hacer que no atendiera.

Y, por primera vez desde que la Sultana Handan había muerto, las hermanas de Ahmed me habían dedicado una palabra sin intenciones dañinas.

La Sultana Esra me había abrazado incluso, dándome sus más absolutas condolencias.

La Sultana Dilruba y su madre, la Sultana Halime, me habían acompañado todo el rato, incluso en la Torre de la Justicia, y su presencia había que hecho que mis intenciones de derrumbarme se retiraran, viendo sus expresiones y palabras de apoyo.

Qué irónico era que personas que lo querían ver muerto años atrás, ahora estuvieran apoyándome.

Porque, por supuesto, el Imperio no podía quedarse sin Sultán mucho tiempo, y por el orden natural, el Şehzade más mayor, es decir Osman, debía ser el que ascendiera al trono. Sin embargo, las discusiones en el Consejo habían empezado, sabiendo que a la edad de once años, Osman no podía tomar el trono por si solo.

Así pues, el debate había dado una única conclusión, la de que Osman tomaría el trono como Sultán, pero yo sería la regente del Imperio, antes que su madre Mahfiruz, y que yo sería con toda probabilidad la que llevaría las riendas del Imperio durante mucho tiempo.

Osman aún no tenía ni idea de esto.

Ahora mismo, espero sentada a que tanto Osman como Mahfiruz aparezcan, para comunicarles la noticia, puesto que la coronación de Osman sería mañana mismo.

Ni un día deja esta gente.

Muevo la cabeza, para ver a las criadas abrir la puerta y a Osman y Mahfiruz entrar, haciéndome una reverencia antes de que yo les indique que se acerquen.

- ¿Nos ha llamado Sultana? - pregunta Mahfiruz, llevando a Osman con las manos colocadas en sus hombros.

Yo asiento, señalándoles los asientos que hay delante de mí.

- Como ambos sabéis, su Majestad el Sultán Ahmed Khan nos ha abandonado para reunirse con Allah - digo, haciendo que la cara de Osman se vuelva algo más triste - Y aunque a mí me entristece esta noticia tanto como a vosotros, el mundo sigue girando.

- ¿El mundo gira? - la pregunta de Osman hace que yo levante la cabeza, mirándolo sin comprender.

Por supuesto que el mundo gira.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora