Por favor

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''Hay mucha gente que no cree en nada, pero que tiene miedo de todo.''
Friedrich Hebbel

Después de que Aziz Mehmed Hudayi se vaya, sus palabras se quedan enganchadas en mi cabeza como un disco rayado

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Después de que Aziz Mehmed Hudayi se vaya, sus palabras se quedan enganchadas en mi cabeza como un disco rayado. Cuando por fin es de noche, y todo el palacio está durmiendo, yo me levanto de mi cama.

Sola, camino por los oscuros pasillos, evitando a todo el mundo que pudiera interrumpirme o hacerme volver a mi habitacion. Cuando por fin llego al lugar que deseaba.

Aparto la hiedra que hay y entro en el Jardín de la Torre. Siento cómo la lluvia me va calando, y cómo los rayos y truenos caen del cielo, aunque yo avanzo hasta el balcón. Me subo a duras penas y me siento con las piernas hacía el exterior, mirando el revuelto mar y cuando un rayo ilumina el cielo, cómo los barcos luchan por dominar a las olas que amenazan con engullirlos.

Aparto un poco la tela del abrigo que llevo y saco mi collar. No es el que me salvó, sino el collar con el que llegué a este lugar hace diez meses. Es el collar que me regalon mis padres cuando cumplí cinco años, cómo a mis hermanas y el único recuerdo que me queda de ellos.

Yo aprieto con fuerza y me lo llevo al pecho.

Jamás pensaste que nada de esto te podría ocurrir Nasia, sin embargo aquí estás.

Vuelvo a mirar el collar y las lágrimas me recorren las mejillas, mientras leo los nombres de mis hermanas, grabados en el metal plateado del collar.

Adelaide, Amelia, Anneliese, Audrey.

- No sé si lo que Aziz Mehmed Hudayi ha dicho es cierto - susurro a la nada - Pero no tengo más esperanzas. Ya intenté volver a casa y nada sucedió, así que mi única alternativa es quedarme aquí ¿verdad?

Un trueno suena en la distancia.

- Supongo que eso será un sí - digo, mientras mis lágrimas se unen con la lluvia - Lo he perdido todo y me enviaste a una época que no es la mía, dónde estaría sola. ¿Porqué?

La lluvia sigue cayendo, y parece que no hay respuesta.

- No hay salida para mí, así que mi única oportunidad es Ahmed- murmuro, junto al sonido del trueno afirmando mi sospecha.

Debes salvarlo.

- ¿Qué debo hacer? - le grito a la distancia.

Para mi sorpresa, una ráfaga de viento, mueve el collar que sujetaba con fuerza y si no fuera por mi agarre, ya estaría en el mar.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora