Miedo

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''El ánimo que piensa en lo que puede temer, empieza a temer en lo que puede pensar.''
Francisco de Quevedo

2 de junio de 160418:03

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2 de junio de 1604
18:03

Las palabras de Jilakar me sacan del estado durmiente en el que me encontraba.

- ¿Cómo? - la pregunta sale de mis labios en un tono muy agudo.

- Un mensajero acaba de llegar después de cabalgar toda la noche sin descanso alguno - informa, al tiempo que yo me levanto corriendo de la cama. - Ahora mismo está con los médicos comiendo.

Ni siquiera me molesto en cambiarme de ropa, antes de abrir las puertas de mi habitación de par en par y salir a paso muy rápido hacía el ala médica, seguido por Jilakar y dos guardias.

- ¡Atención, Sultán Ahmed Khan Hazretleri! - Jilakar anuncia mi llegada, al tiempo que todos los presentes hacen una reverencia.

Al lado de una cama hay un chico joven, con el atuendo típico de un mensajero, todo polvoriento. Yo me acerco a él con prisa y veo como en la cama hay un trozo de pan.

- ¿Qué ha ocurrido? - le pregunto.

- No lo sé su Majestad - contesta con la cabeza gacha - Me despertaron en mitad de la noche y me ordenaron que trajeron estas noticias a la capital.

- ¿Y las Sultanas? - pregunto.

- Solo me dijeron que la noticia del incendio debía llegar a su Majestad lo más rápido posible - explica el chico - Lamento no poder ayudarlo más su Majestad.

- Está bien - contesto - ¿Jilakar?

- A sus órdenes Majestad - contesta el eunuco.

- Prepáralo todo, partiremos lo antes posible hacía Bursa - ordeno. El eunuco asiente y tras una reverencia, sale de la habitación a toda prisa.

- ¿Qué va a ocurrir conmigo? - el joven que había traído las noticias pregunta.

- Descansa - le contesto - Ha debido ser un viaje muy largo en muy poco tiempo.

- Gracias su Majestad - dice, haciendo una reverencia.

En cuanto salgo de la enfermería, siento como el miedo me recorcome por dentro.

¿Qué había ocurrido?

En el pasillo, me encuentro a mi madre, que se acerca a mí corriendo.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora