La vida y la muerte

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''Tengo un monumento en este mundo, es mi hijo'' Maya Angelou

''Tengo un monumento en este mundo, es mi hijo'' Maya Angelou

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- Anastasia - oigo, en un pequeño susurro.

Intento abrir los ojos, pero no tengo fuerzas para hacerlo.

- Nasia - vuelvo a escuchar.

Esta vez, por mucho que intento abrirlos, mis párpados se mantienen cerrados, cómo si estuvieran pegados con pegamento.

- Nasia, tienes que abrir los ojos, hermanita - la voz de Amelia se hace presente en mis oídos.

- ¿Lia? ¿Eres tú? - pregunto débilmente, en un susurro.

- Sí, soy yo cariño, estamos todas aquí- responde.

- Nasia - entonces, para mi más absoluta sorpresa, las voces de mis otras hermanas van diciendo mi nombre.

¿Cómo es esto posible?

- ¿He vuelto a casa? - pregunto, aun sin poder abrir los ojos.

- No Nasia, no has vuelto a casa - responde la voz de Addie - Estamos aquí para ayudarte.

- ¿Ayudarme? - pregunto, confusa.

- Debes volver Nasia - me dice, por primera vez en mi vida de manera amable, Anneliese.

- Tienes que a abrir los ojos, hermana - continua Audrey.

- ¿Volver a donde? - pregunto.

- Volver a tus hijos - continua Adelaide.

- Debes abrir los ojos y volver a la vida - termina Amelia.

Entonces, siento cuatro palmas en mis brazos, dos en cada uno. Siento su calidez y por unos segundos, rememoro casi toda mi vida.

- Despierta, Anastasia, debes convertirte en una gran Sultana - claman las cuatro en un susurro.

Con lentitud, intento por tercera abrir los párpados, y esta vez, estos me obedecen. Aunque lo que veo no son los rostros de mis hermanas, sino el de Beyhan, y una mujer desconocida.

- ¡Se ha despertado, alabado sea Allah! - exclama la doctora, y poco a poco, la realidad se va haciendo presente.

Entonces, una oleada de dolor casi inhumano me recorre y no puedo evitar soltar un grito.

Entonces, una oleada de dolor casi inhumano me recorre y no puedo evitar soltar un grito

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AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora