''No hay otro amor como el de un hermano.''
Terri GuillemetsDurante unos segundos parece que el aire ha abandonado la sala y que todos hayamos perdido nuestra habilidad para respirar mientras yo clavo mis pupilas en los iris azul oscuro de la mujer plantada frente a mí.
- ¿Anneliese? - pregunto en un susurro, viendo como mi ojos se emborronan por las lágrimas.
Ella asiente con lentitud, y, antes de que me de cuenta, cae al suelo, mientras el llanto me asalta. Adrien y sus hermanas corren preocupados hacía ella, y Odette se sienta en el suelo y incorpora a su abuela.
- ¡Ve a llamar al médico! - grita Marie, y siento como Alfred, detrás de mí, sale corriendo de la sala.
Yo estoy estática, observando a los seis rodear a la mujer. Marie llora y parece que está rezando, mientras dos de sus hermanas comprueban el pulso y otras dos le hacen viento con sus abanicos. Adrien le aparta el cabello de la frente con gesto preocupado.
Es entonces cuando Anneliese abre los ojos sorprendida y sus nietos suspiran con alivio, mientras Marie la abraza.
- Abuela, que susto más grande nos has dado - dice Eliette, sonriéndole preocupada.
- He creído, solo por unos momentos ver a mi hermana - susurra Anneliese, aún desde el suelo, con lágrimas en los ojos.
- Estoy aquí Lizze - digo, y los siete se giran a mirarme. Anneliese abre los ojos, e intenta levantarse, aunque sus nietas no lo permiten.
Yo me acerco y me arrodillo en el suelo junto a ella, que me coge de la cara ante la mirada sorprendida de los otros. Veo las lágrimas bajar por sus mejillas así como siento que el agua corre por las mías.
- ¿Eres tú de verdad Nasia? - pregunta - ¿No eres producto de mi imaginación?
- No Lizze, estoy aquí - respondo, sollozando - Soy real.
Lizze me mira a los ojos y después, por primera vez desde que tenía doce años, pasa sus brazos alrededor de mí y me abraza con fuerza mientras solloza.
- Te he echado mucho de menos - dice y yo intento apartarme para mirarla, pero ella lo impide - No, puede que si te separas ya no vuelva a verte.
- Soy real Lizze - respondo, acabando el abraza y quitándole las lágrimas de los ojos - Yo también te echado de menos hermanita.
En ese momento, unos sonidos en pasillo se oyen, y nosotras giramos la cabeza. Vemos a Alfred y al médico aparecer corriendo por el pasillo y entonces me doy cuenta de que no estábamos solas en la sala. Me aparto de Anneliese justo cuando el médico llega y se sienta a su lado.
- Mi lady, ¿estáis bien? - pregunta el hombre, preocupado - Debéis reposar, no debéis salir de vuestros aposentos, ya os lo dije. Lady Camille, ayudadme a llevar a vuestra abuela de vuelta.
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Anastasia
Ficción histórica1a NOVELA de la Saga: Las Hermanas El único deber que tenemos con la historia es reescribirla. Oscar Wilde. Nunca mejor dicho #1 ella (27/02/2021 - 30/03/2021) #1 otomano (21/07/21 -