''Un hermano es un amigo que nos da la naturaleza'' Baptiste Legouve
- Hadgi, trae comida - ordeno, mientras el niño, que se llama Murad, va abriendo más y más los ojos.
- Mamá- vuelve a llamar, con voz débil el niño.
- Sultana, déjenos a nosotras ocuparnos - me dice una de las mujeres, intentando coger al niño.
Sin embargo, este se apega más a mi cuerpo en cuanto sus manos intentan apartarlo.
- Así está bien - respondo.
Me levanto, cargando al niño y Ahmed mira al niño con preocupación. Me siento en una de las sillas, y siento al niño entre mis piernas, que ya ha abierto los ojos completamente. Su reacción al verme no es la que yo me esperaba.
- ¿Quién eres? - pregunta el niño, mientras yo le entrego un poco de pan, que apresura a meter en su boca.
- Esta es la Sultana Defne - le explica Ayhan a Murad, que sigue engullendo los trozos de pan que le doy.
En cuanto escucha lo que Ayhan le dice, Murad se levanta como un resorte, y hace una pequeña reverencia, a pesar de que se tambalea. Yo lo vuelvo a agarrar antes de que se caiga por segunda vez.
- Disculpad Sultana - dice a toda prisa el niño, intentando zafarse de mi agarre.
- No te preocupes, Murad, no te voy a hacer nada - digo, sonriéndole.
Aún así, el niño continúa con su afán de separarse. Sin embargo, la madre de Ayhan lo toma por los hombros y él lo mira con susto, cómo preparándose para recibir un golpe.
No puedo pensar ni siquiera que es lo que sufrido el pobre niño.
- La Sultana no te hará nada Murad - le dice Ayhan, acercándose a él.
Él asiente y acepta el trozo de pan que le entrego, cunado se dispone a comerselo, parte de su destrozada camisa se levanta, dejando a la vista una zona de su piel que en lugar de morena, es de color morado.
En un momento, tiro de su brazo, acercándolo a mí y le levanto la camisa. Su torso joven está lleno de moratones, quemadas y cortes. Murad se baja la camisa con rapidez, sin desear que continuara examinándolo.
- Hadgi, trae un médico AHORA MISMO - le grito al eunuco, que sale corriendo ante mi orden.
Ahmed me mira con una cara algo extraña.
- Sultana - menciona una de las mujeres, pero yo me levanto hacía Ahmed, y todas hacen una reverencia en cuanto me levanto.
- Ahmed, yo, él - digo, con lágrimas en los ojos. - Cómo le pueden hacer eso a un niño.
ESTÁS LEYENDO
Anastasia
Historická literatura1a NOVELA de la Saga: Las Hermanas El único deber que tenemos con la historia es reescribirla. Oscar Wilde. Nunca mejor dicho #1 ella (27/02/2021 - 30/03/2021) #1 otomano (21/07/21 -