La dinastía

253 28 9
                                    

"No puedes jugar a ser Dios sin conocer bien al demonio"
Robert Ford

"No puedes jugar a ser Dios sin conocer bien al demonio"Robert Ford

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Iskender me mira con tristeza al terminar mi historia.

- Lo siento mucho - susurra.

- No es culpa tuya - digo - los dos hemos sufrido un destino cruel que no elegimos.

Iskender asiente, y se queda pensativo, hasta que por fin reune el valor para preguntar.

- ¿En el fuego, había alguien más en la habitación, verdad? - pregunta, con la cabeza gacha.

- Un hombre - respondo - lo enviaron para matarme.

- ¿Qué? - pregunta sorprendido.

Entonces yo aparto el abrigo y el pelo de mi cuello, señalando el moratón que la cuerda había dejado mientras el hombre intentaba asfixiarme.

- Intentó asfixiarme pero falló - contesto - Aunque aún no entiendo porque no me clavó la daga que llevaba en el corazón.

- La dinastía- responde Iskender.

Yo lo miro confusa.

- ¿La dinastía? - pregunto, frunciendo el ceño.

- La sangre de la dinastía - contesta.

- ¿Cómo? - pregunto, aún más confusa.

- Me lo explicaron cuando llegué al campamento de los jenízaros- explica Iskender - bajo ningún concepto un miembro de la dinastía debe morir a manos de una espada. Su sangre no debe ser derramada.

Ahora que lo recuerdo, en los registros históricos, todos Şehzades que sufrieron la ley del fracticidio fueron asfixiados hasta morir.

- Eso significa que la persona que mandó al verdugo te considera parte de la dinastía- continua Iskender.

- ¿Soy parte de la dinastía? - pregunto, aún intentando adaptarme a la idea.

- Por supuesto - responde Iskender - Eres la Haseki Sultán, tu nombre quedará grabado en la historia.

Las palabras de Iskender me golpean como un martillo.

Es verdad, mi nombre estará en los libros de historia.

- El futuro, ellos sabrán que en 1604 existió una mujer cuyo nombre era Defne, que se convirtió en la Haseki del Sultán- dice Iskender. - ahora formas parte de la historia.

- Yo saldré en los libros de historia - murmuro y Iskender asiente - Pero no quiero salir cómo las mujeres cuyo nombre se queda olvidado en un rincón.

Iskender me mira sorprendido, mientras mis ojos están centrados en la llama caliente que hay delante mío.

- Haré que todos recuerden mi nombre - digo, mirando a Iskender a los ojos - En cuatrocientos años, todos sabrán quién fue la Sultana Defne.

AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora