Los Jardines de l'Abili

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''El mal es poco espectacular y siempre humano, y comparte nuestra cama y come en nuestra propia mesa''
W.H.Auden

Sabrina ata la cuerda de la capa, asegurándola en mi escote y colocándola mejor

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Sabrina ata la cuerda de la capa, asegurándola en mi escote y colocándola mejor. Después me sonríe y pone la pequeña diadema plateada encima de mi cabeza. Por último, engancha un velo blanco a la tiara y me da por terminada.

Osman, Oscar y ella me acompañan, mientras dos criados cargan un baúl con algunas de mis pertinencias, puesto que el viaje a Niza sería algo largo y tal vez nos quedaríamos en la ciudad algunos días. En el pie de la escalera, Anneliese y sus cinco nietas nos observan bajar por los grandes escalones recubiertos de seda roja.

Lizze tenía mala cara, se notaba que el veneno cada vez iba impactando más en su sistema. La abrazo con fuerza, cuando las figuras de Alfred y Adrien aparecen en lo alto de la escalinata. Desde un rincón, veo como el duque de Normandia nos escrutiña con la mirada, demasiado cobarde después de nuestro último encuentro como para acercase.

- Te deseo un buen viaje, Ana - me dice Lizze, cuando me aparto de sus brazos, y después mira a su nieto - Cuida de ella por favor.

- Por supuesto que lo haré - dice él, dándole un beso a Camille, para después pasar a Odette.

Yo también les doy un abrazo a todas mis sobrinas - nietas, y por último beso las cabezas de Oscar y Osman, acuclillándome como puedo a su lado.

- No os preocupéis por nada ¿vale? - les digo y ambos asienten - Las duquesas cuidarán de vosotros y Genevieve también. Jugaréis con Pierre y sus hermanos y no os daréis cuenta de que no estoy.

- ¿Volveremos pronto a casa? - la pregunta sale de los labios de Osman esperanzada y yo le paso una mano por la carita.

- Eso creo Şehzade- contesto, y él sonríe alegre.

Alfred me indica con la cabeza que ya es hora de irnos, y este, junto a Adrien, me guía hasta el exterior de la mansión, donde un carruaje nos espera. Lanzo una última mirada preocupada al edificio blanco antes de que Sabrina me entregue una mano para ayudarme a subir al carruaje.

 Lanzo una última mirada preocupada al edificio blanco antes de que Sabrina me entregue una mano para ayudarme a subir al carruaje

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AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora