El salto

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''Es al separarse cuando se siente y se comprende la fuerza con que se ama.''
Fiodor Dostoievski

Ya han pasado dos semanas desde que el ataque y Kösem había conseguido su propósito

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Ya han pasado dos semanas desde que el ataque y Kösem había conseguido su propósito. Mahfiruz Hatun, a los cuatro meses de embarazo, había sido culpada por atacarnos a ambas y Ahmed la había castigado enviandola a vivir al Antiguo Palacio. Las festividades del final del Ramadán comienzan hoy. La herida se ha estado curando bien, y ya ha empezado a cicatrizar.

Menos mal, porque el salto al vacío es hoy.

Ya lo tengo todo preparado. Llevo el vestido más ligero de todos, para poder nadar hasta la costa, sin ningún tipo de accesorio.

No quiero añadir peso.

El dinero está en la torre, y eso ya hará de peso extra para mí. En cuanto llegue a la costa, la Sultana Safiye ha dispuesto algunos útiles en ella, además de comida. Después pasaré por el desfile, para asegurarme de que Ahmed no acabe siendo un fiambre, y por último me dirigiré al puerto, donde un barco me sacará de aquí, para llevarme a España.

A partir de ahí el objetivo es volver al siglo XXI.

Suspiro, con pesar, observando a Nur, Sirin, Turhan y Fatma comer el desayuno alegremente. Ninguna de ellas sabe que hoy es el último día que me verán.

- ¿Estás bien, Defne? - pregunta Fatma, al ver mi cara abatida.

- Claro, es solo que me recordáis a mis hermanas - miento.

Las cuatro me miran con compasión, todas ellas sabían que sus familias estaban o bien muertas o bien a salvo en casa.

Turhan, cuyo verdadero nombre era Isabel, procedía de una familia de baja nobleza, que había conseguido un matrimonio ventajoso para ella y su hermana pequeña con unos jóvenes italianos. En el banquete de boda, los otomanos atacaron y se las llevaron. Fatma, cuyo antiguo nombre era Lourdes, era la hermana pequeña de Turhan.

Menos mal que consiguieron llegar juntas a palacio.

Yo me levanto del sillón, mientras las chicas acaban de desayunar. Me despido con un movimiento de mano, fingiendo que me voy a hacer mis tareas. Ellas me sonríen.

Las miro una última vez y una lágrima cae al suelo.

Hasta nunca.

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AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora