Verbo: decir.

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 -Por la tarde tengo un entrenamiento. –Steve aparta la vista de sus frutas. -¿Te gustaría acompañarme?

-¿Entrenamiento? ¿De qué? –frunce el ceño.

-Equitación. –ahora el rubio levanta una ceja. –Participo en el torneo nacional.

-Claro. –deja el tenedor a un lado del plato y lo empuja. – ¿Dónde será?

-Aquí mismo. –también empuja su plato.

-Por supuesto, ahí estaré. –termina el té y fija su vista en un punto lejano.

Las fotos se publicaron y los comentarios no se hicieron esperar. Gracias al cielo todos hablaban de lo bonito que es el príncipe de Austria y como sus hijos serán perfectos, no se hizo ningún comentario sobre lo conveniente que resultaba esa relación en medio del conflicto político que India, Austria e Inglaterra atravesaban.

Cuando el matrimonio se convierta en una realidad, Austria se une con el Reino de Gran Bretaña y pasa a tener la protección militar del mismo, protección necesaria ante las claras intenciones de la India de recuperar lo que le pertenece, según tratados anteriores.

Austria mueve sus fichas estratégicamente para evitar una guerra y proteger a su pueblo. Inglaterra mueve las suyas para aumentar sus territorios, su poder y su riqueza. Es un ganar- ganar visto desde el punto político, social, económico y cultural. Aunque las fichas sean personas reales.

-¿Te ha dicho algo? –Se coloca los guantes y observa como Steven se sienta del otro lado del campo y lleva una bufanda que parece que arrastra pero realmente no llega al suelo. –Apenas me dice los buenos días.

-No mucho. –Tony le pasa el casco. –La salud de su papá se encuentra estable, pero parece triste.

-¿Extrañara su hogar?

-¡Obviamente! –el obvio va acompañado de un golpe detrás de la cabeza. –Deberías invitarle a salir.

-¿Has perdido la cabeza? –su caballo ha llegado. –Faltan dos días para el anuncio, aún no pueden vernos en público.

-No decía a la calle. –la vista de Tony esta del otro lado donde el príncipe  acomoda sus guantes. –Puedes montarlo en el caballo y llevarlo a dar una vuelta, no sé.

-¿Crees que sea buena idea?

- No lo sé, pero deberías intentarlo. –se encoge de hombros. –El muchacho pasa todo el día respondiendo cartas y encerrado. Haz algo.

Se sube al precioso semental negro que tiene como favorito y comienza con un suave trote. No tiene ni la menor que hacer, el solo obedece a su mamá y posa cuando debe posar. Tiene cientos de proyectos y mil trabajos sociales que atender. No tiene cabeza para nada más.

Y aunque está seguro que no es el único que la está pasando mal con esa relación, no sabe qué hacer. Desayunan cada mañana y hay conversación porque él le cuenta alguna anécdota del trabajo o una novedad referente a todo ese asunto.

El príncipe contesta como monosílabos y se queda sentado aun cuando él se va. Es raro, difícil y estresante.

Detiene el semental delante de Steven y ve como arruga la nariz, en un gesto de desagrado. Su respiración expulsa vaho, porque el frío es invasivo, pero Steven se ve como si nada.

-¿Te gustaría dar un paseo? –extiende su mano. Pero Steven no se mueve.

-¿En eso? –niega. –No creo, no son seguros.

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora