Pasado.

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Hay prensa en la salida del salón donde se celebró la fiesta de compromiso. Mientras los reporteros y paparazis toman miles de fotos de ellos dos tomándose de la mano, James puede ver que cuatro vehículos completamente negros se desplazan silenciosamente del otro lado. Fueron ellos la distracción.

-¿Puede saber qué era tu obsequio? –se han subido a su propio vehículo rumbo al palacio.

-Es algo personal. –nada más. Porque Steve así es con él, sonríe con el rey y la reina, se ríe con Tony y regala carcajadas a quien sabe quién. Pero a él no le da más que oraciones frías, escuálidas. –Espero que pronto le conozcas, es muy importante para mí.

Entonces ahora le sorprende que agregue un poco más. Observa cómo se recuesta sobre la ventana, las luces pasan de prisa y se reflejan como destellos en sus ojos. No se han soltado las manos, aun dentro del vehículo y cree que es un buen momento para explicarle lo de Natasha.

-Ella y yo salimos, por un tiempo. –inicia y captura por completo la atención del príncipe. –Pensábamos que éramos discretos, pero resultó ser un secreto a voces.

Le explica que ella fue su primer amor. Es hija de una reconocida familia aristócrata que cayó en desgracia por los malos hábitos de juego del padre y la poca atención por parte de la madre. Su relación comenzó desde los dieciséis.

Terminaron muchísimas veces, por todos los problemas en que Natasha o él se involucraban. Escándalos cubiertos por la corona donde se les veía a ambos alcoholizados o dándose demasiadas muestras de cariño en lugares con muchos ojos.

-Ya te imaginarás, un amor adolescente. –es una suerte que no haya soltado su mano. –Mientras se empeñaban en alejarme de ella, más insistía. Salía con otras personas y al final volvía a ella.

El silencio de Steven le alienta a continuar. Le cuenta como fue enviado a la marina con tal de dejarla. Cuando regresa descubre que ella siempre estuvo comprometida, que tenía un noviazgo formal con un coronel norteamericano y que James era solo su diversión mientras su prometido no estaba.

-¿Cómo es que nunca sospechaste?

-La mayor parte del tiempo que estuve con ella estaba ebrio. –y bajo el efecto de algunas otras sustancias, pero prefiere evitar esa parte. –Además no podía platicarlo con alguien.

La reina María se estaba cansando de ese juego y le manda a un gira por los reinos, que conociera todos aquellos que debía cuidar. Cumplió su deber real en un intento de olvidarla, puesto que la boda de Natasha estaba próxima y los rumores que seguían viéndose no se detenían.

-Cuando regrese de la gira fui a entregarle un último detalle. –el auto se desplaza por la autopista y los ojos de Steven siguen sobre él, estudiándole. –Tuvimos una acalorada discusión, que no era novedad, donde ella me reclamaba el hecho de haberle abandonado tanto tiempo.

Había rumores que decían que la boda estaba por ser cancelada, pues el coronel no solo estaba al tanto de la indecente relación con el príncipe, sino que recién se le sumaba un tercero.

-La boda con el coronel le salvaban a ella y a su hermana de la ruina. –remover el pasado sigue siendo incómodo. –En un último intento me dijo que estaba embarazada, que debía hacerme responsable.

Recuerda el terror que sintió cuando entre un mar de lágrimas ella le cuenta su gran secreto. Pero James sabe inmediatamente que es imposible que sea de él, llevaba más de cuatro meses fuera del país y cinco meses lejos de tocarla.

-Me enoje muchísimo. –confiesa. –Mamá siempre me decía que no era una buena mujer y yo me negaba a verlo. ¿Quién trata de detener a alguien con un vida inocente de por medio?

Concluye con lo que supone fue un escándalo envuelto en un velo. La boda se realizó, porque el coronel es de gran corazón y realmente le ama. Resulto que realmente sí estaba esperando y aunque las fechas son dudosas, se espera hasta el nacimiento para esclarecer todo.

-Entonces su ruptura es reciente. –recalca Steven. –Ella es la razón por la que tu madre insistiera en que todos creyeran que nuestra relación nació hace meses.

James se tensa. Natasha era un dolor de cabeza de no terminar para la reina María. Era como una sombra que siempre mancharía la reputación del futuro rey. Steven era la salvación para su imagen.

-Entre otras cosas, sí. –afirma. –Supongo que la invitó para aclarar que nunca hubo ni hay relación con ella.

Los ojos de Steven no reflejan nada. Ni enojo, ni curiosidad, ni alivio. Son dos simples perlas grises, por el efecto de la poco iluminación del auto, que le observan silenciosas.

-Ya. –dice finalmente, como si nada.

-¿Ya? ¿Es todo lo que tienes que decir?

-¿Aún la amas? –en cuanto la pregunta termina se arrepiente mil veces no quedarse con el "ya".

-Termine con ella hace más de siete meses.

-Esa no es una respuesta.

Han llegado al palacio. El coche se ha detenido y el servicio se aproxima a abrir la puerta. Hay más frío de lo normal y le siente infiltrarse debajo de su abrigo.

-No. –sin convencerse, sin convencerle. –No creo que le haya amado. Considero que era mas un capricho, el sentimiento de rebelarme contra mamá. Tú sabes.

-No, no sé. –la puerta está por abrirse. –Nunca he estado enamorado, no sé lo que es amar a alguien de manera romántica. Siempre ha sido solamente mi familia.

Con esa última revelación baja del coche y anuncia que ira directamente a sus habitaciones. 

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora