La reina María tiene un metro con setenta y dos de altura, un bonito y largo cabello dorado. Lleva un asimétrico vestido que deja ver parte de sus blancas pantorrillas en contraste con el rojo furioso del vestido.
-Mamá-
-No, te callas. -sentencia. Están todos de pie en el centro de la fría habitación. Si da dos pasos más, podría sentir la furia de la reina golpearle. -No solamente desobedeciste una orden directa de tu madre, sino también de tu reina.
Steven arruga la frente, pero sigue de pie y sosteniendo su mano. -Señora-
-Tú también te callas. -ordena. -Ambos hicieron un completo circo, haciendo que nuestro reino sea la burla. -cada palabra lleva su propio veneno. -Se expusieron a una zona de peligro, arriesgando que la situación escalara a una emergencia real.
- ¿No le parece que un bosque quemándose es una emergencia real?
-Te he pedido que te calles. -mastica entre dientes. -Soy yo quién esta hablando.
-Ordenar no es lo mismo que pedir. -replica Steven.
La mirada de la reina se afila. -Adicional a su desobediencia, estás tú, James. -la reina da un paso y afila mirada. -Saliste frente a las cámaras declarando la guerra.
-No hice eso. -murmura.
- ¿Cómo crees que se interpreta tu amenaza de protección a los austriacos? ¿No te parece suficiente desafío?
-Era un advertencia. -contesta sosteniendo la verdosa mirada de su madre. -No vamos a permitir que eso vuelva a ocurrir, el principal propósito de esta unión es justamente ese, cuidarlos.
La reina da un paso y el impulso de retroceder es fugaz porque los dedos de Steven se enredan aún más con los suyos y le obligan a mantenerse firme. -Estás buscando una guerra donde no la hay. -sentencia.
Hace frío, a pesar de ser marzo y que la primavera este próxima, a pesar de llevar un elegante abrigo, hace frío.
-Veinte millones de libras fueron movidas de la cuenta del heredero sin mi autorización, ¿quieres explicarme?
La oración termina en el momento en que Steven gira la cabeza y sus perezosos ojos se abren sorprendidos. - ¿Fuiste tú?
-Por supuesto, ¿también pagar las irresponsabilidades de Steven son parte del matrimonio? -Steven gruñe y la vista de su madre cae en el príncipe. - ¿Acaso no sabías que tu querido esposo de paso dio el dinero para cubrir tus promesas vacías?
-Mamá-
- ¿Ya hay secretos en el perfecto matrimonio?
-Ese dinero es mío, puedo hacer lo que desee con el. -asegura.
-No se preocupe, señora, será devuelto cada centavo. -Steven habla con voz plana, fría y vacía.
-No te atrevas a hablarme así, mocoso malcriado. -el pecho de su madre se agita y Steven le sigue viendo fijamente. - ¿Quién te crees? Es increíble como olvidas tu posición en este lugar.
Las mejillas de Steven se manchan de rojo y presiona la mandíbula. -A usted se le olvida que no soy cualquier persona, señora. Soy un príncipe heredero, como James. Somos iguales.
-Por supuesto que no, él no es... como tú.
- ¿Cómo yo? ¿Qué tengo diferente de James?
La reina inhala, presiona los dientes y se prepara. -Piensa bien lo que dirás, madre. No voy a permitir que le faltes el respeto a mi esposo. -pero James es más rápido, los revueltos sentimiento que habitan en su corazón son fuertes y valientes cuando de Steven se trata.
- ¿James? ¡No tienes permitido hablarme así! -su madre ruge y ahora esta a un par de dedos de distancia. -Steven te ha contaminado tanto, tú no eres un ordinario y vulgar-
-Mamá-
- ...pueblerino. -escupe y siente el cuerpo de Steven sacudirse. -No saben cómo maldigo el día en que está unión fue concretada. Han sido un dolor de cabeza tras otro, estoy harta de la falta de respeto al protocolo que Steven y tú hacen.
-No estamos-
-Tú desobediencia, James, ¿recuerdas que cada vez que no me escuchas vienen catástrofes? -murmura. - ¿Dónde quedaron tus valores? Toda la educación que se te ha dado ha sido desechada por culpa de Steven. ¿Consideras que el pueblo aceptará un rey tan maleable?
- ¿Qué no es así como usted le ha criado? -la pregunta de Steven es lanzada como un rayo, incendiando todo a su paso.
- ¿Eso es lo que él te ha dicho? -puede escuchar la fuerte respiración de su madre.
-No es como si mintiera, madre.
Es en cámara lenta. Los verdes ojos de su madre se entrecierran, su rostro se mancha de rojo, los hombros hacia atrás y la mano izquierda en el aire. Será un golpe certero y posiblemente merecido. Pero no llega, la mano de Steven le ha detenido en el aire y le sostiene la mirada con la misma intensidad que la reina.
- ¿Cómo te atreves? -esta vez el tiempo no se detiene, se acelera. La mano libre de la reina golpea mejilla izquierda del príncipe Steven y ruge. - ¡No voy a permitir más su impertinencia, su rebeldía y falta de respeto por esta monarquía! O se apegan a las normas o afrontan las consecuencias.
En un vendaval de ira y fuego la reina sale de la habitación. Steven está mordiendo sus labio inferior y tiene la mirada casi líquida. Su mejilla está enrojecida y su respiración es apenas audible. James lo toma de la cintura, lo levanta y lo pega a su pecho. Lo rodea con sus brazos, besa su cabello y se aferra.
-Lo siento tanto... -murmura.
Steven pasa los brazos detrás de su cabeza y le observa detenidamente. - ¿Por qué?
-Ma-
-Tú me cuidas, yo te cuida. -ni siquiera le deja terminar la frase. -Juntos hasta el final de la línea, ¿no?
James tiene muchas cosas que agradecerle a la vida, empezando por el hecho que Steven sea liviano y así pueda cargarlo todo el tiempo del mundo sin mayor esfuerzo, la segunda es que Steven haya llegado a su vida. Podría ser mil cosas, un patán, un niño malcriado, o lo que sea que su madre quiera. Pero ahora es diferente, está encontrando su propia voz y se hace valiente para poder merecer al príncipe que le sonríe, aún con la mejilla enrojecida.
-Hasta el final, Steven.
El beso lleva el peso de un juramento. Sabe a té y sí el cielo tuviera un sabor, sería el mismo que el de los delicados labios de Steven. - ¿Te confieso algo?
- ¿Sí?
-Creo que no le agrado a tu mamá.
El comentario le genera una estruendosa y casi dolorosa carcajada. - ¿Qué te hace pensar eso?
El rostro de Steven se hunde en su cuello y James cierra un poco el agarre de la cintura. -Ya no quiero vivir más aquí, no con ella.
Es un pedido silencioso y tembloroso, sabe que tiene razón. Las cartas fueron puestas sobre la mesa y está totalmente seguro que su posición, al lado de Steven, significa la declaración de una guerra personal para su madre. Debería estar temiendo lo peor, pero el príncipe que le abraza, que se aferra a él, le transmite fuerza, paz y el coraje suficiente para iniciar su última revelión.
-Estoy de acuerdo contigo.
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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfikceInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...