Francia, mon amour.

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Cuando Peter ingresa al salón se encuentra al príncipe Anthony con las piernas cruzadas alimentando al príncipe Thomás mientras mira concentrado el noticiero que anuncia que el dorado matrimonio, después de dos meses, regresa a Londres

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Cuando Peter ingresa al salón se encuentra al príncipe Anthony con las piernas cruzadas alimentando al príncipe Thomás mientras mira concentrado el noticiero que anuncia que el dorado matrimonio, después de dos meses, regresa a Londres.

"Muchos siguen hablando del sorpresivo anuncio hace un par de meses. Definitivamente ha sido un año inolvidable para la realeza. No debemos olvidar la catástrofe del ex príncipe Anthony, ahora rey consorte de Francia-"

Peter apaga el televisor con el mando y Anthony se gira casi desnucándose en el proceso. – ¡Oye!

– ¿Por qué Steven y tú siguen con esa manía de ver noticieros poco informativos? –pregunta mientras se va quitando el abrigo.

–Porque nos gusta estar al tanto de qué se habla de nosotros. –contesta mientras arrulla con las piernas al pequeño bebé que sigue alimentándose con entusiasmo.

Es Enero de 1986 y el mundo sigue sin olvidar la violenta sacudida que las familias reales europeas dieron. Siguen saliendo en portadas y llenando noticieros, pero Peter y Anthony pasaron a segundo plano cuando se anunció que el dorado matrimonio tenía su heredero.

Además, ellos no estaban enfocados en eso. Estaban totalmente concentrados en el pequeño que ya supera los tres meses y que ya trata de levantar la cabeza cuando descansa en la cama. Peter no tiene cabeza para nada más que no sea su familia, su familia de verdad.

–Jade vino a entregar los menús para el evento. –Anthony deja con sumo cuidado y bastante naturalidad al pequeño en su cuna y Peter sigue sin dejar enternecerse cada vez que ve aquel acto.

O cualquier acto incluya a Thomás y Anthony.

Como cuando lo baña por las noches, o cuando Anthony tiene el atrevimiento de peinar los cuatro únicos cabellos rubios que el niño tiene. Explota de amor cuando ve como el príncipe coloca los pequeños calcetines mientras Thomás lo ve con la máxima cantidad de amor puro que unos tiernos ojos pueden ofrecer.

– ¿Qué? –pregunta el príncipe mientras le entrega los menús y coloca una mano en su cintura.

El peso no se ha desvanecido, tiene todavía su estómago estirado y lleno de cicatrices. Peter puede verlo, redondito y disimulado por el suéter. Anthony dice que cuando termine de lactar, hará ejercicio, luego hay días que sale a correr muy temprano y se queda de pie frente al espejo del baño más de treinta minutos.

Peter no dice nada. El rey está maravillado por la fantástica etapa que atraviesan y sabe que si le dice a Anthony que adora cada rollito que tiene, este posiblemente le corte la cabeza. Así que se queda en silencio, adorando la pancita, viendo de reojo los pechos apenas visibles que ahora mantiene.

Y lo último que Peter puede siquiera pensar, es en el nuevo aroma que el príncipe tiene. Las fresas salvajes y el dulzón aroma a miel fue reemplazado por el de leche. Cruda y con un fuerte aroma a hierro. El rey no tiene ningún problema, o tal vez uno, pero incluso siendo francés se avergüenza solo con el pensamiento.

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora