Quítate.

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-Permíteme presentarte al general Walker. -el rey de Francia lleva una camisa de manga larga celeste y un curioso pantalón de tiro alto color café. -Ansiaba conocerte.

-Su alteza real. -el rubio general hace la inclinación correspondiente. -Es un placer conocerle.

-General Walker, es un placer. -ve como Steven extiende la mano. -Le presento a mi esposo.

-Su alteza. -también se inclina hacia él, sin dejar de ver a Steven. -Déjenme decirles que es de gran importancia para el gobierno de Estados Unidos este tema en especial.

Son las siete de la noche. En uno de los hoteles de la familia real se da una cena donde se pretende hacer mayor conciencia sobre el silencioso monstruo que es el calentamiento global.

Steven no lo ve, pero James sí. El dichoso general John Walker es rubio, de azules ojos y una curiosa mandíbula sobresaliente. Puede ver que tiene largos dientes de conejo, lo ve porque se ríe demasiado y hace reír a Steven, mucho.

El general acapara toda la atención de Steven cuando comienza dar cumplidos interminables sobre su excelente trabajo como activista y cómo alguien tan joven es capaz de tener tanta influencia y logra maniobrar con el bienestar de dos naciones a la misma vez.

Tiene un tono de voz profundo y rara vez se dirige a él o a Peter, que sigue ahí. Aclara su garganta y busca un trago, no le gusta la mirada burlesca que el rey le lanza sobre el vaso. Steven apenas asiente cuando le habla, parece que el general es muchísimo más importante que su propio esposo.

Cuando tiene un refrescante vaso de whisky envuelto en una servilleta, ella aparece. -Creí que el matrimonio te cambiaría, pero sigues siendo el mismo crío.

Alta, delgada y fríos ojos verdes. Su estómago vuelve a contraerse. Contar el tiempo que lleva si verle es difícil, a veces su mente le juega un poco diciéndole que han sido unos días, o tal vez semanas, o tal vez lustros. El recuerdo de ella siempre ha sido difuso, como si ella estuviera hecha de humo.

- ¿Qué quieres? -sigue igual de pelirroja e igual de altiva, orgullosa.

- ¿No podemos hablar?

-No. -los verdes ojos parecen sorprendidos. -No debo hablar contigo

- ¿Tu esposo puede coquetear con otros y tú ni siquiera puedes hablarme? -lo dice sonriendo. -Sigues siendo tan manipulable.

Presiona sus dientes para evitar contestarle. Además, Steven no coquetea con nadie, solo parece que el encantador general Walker le cayó de maravilla. -Déjame en paz.

Hace lo correcto, marcharse. Está por llegar cuando las palabras de Natasha regresan con fuerza y observa como Steven tiene una delgada mano sobre el hombro del general y ríe con fuerza, con tanta fuerza que tiene los ojos cerrados y las mejillas encendidas.

Lo que a él le costó meses, el querido general lo logra en minutos. ¿Qué pudo decirle para hacerlo reír así? No es gracioso, ni la forma de su cara es graciosa para decir que se burla de él. Siente que el whisky se incendia dentro de su cuerpo.

Tiene que hacer algo, no puede quedarse a medio salón viendo a su esposo reír con un extraño. Debería ir a por él y ser parte del chiste, reírse con su príncipe del general. No quiere.

- ¿Fumas? -es Peter, nunca confundiría ese acento.

-Ya no.

-Solo uno. -ni lo ve, no necesita verlo. Es más importante ver como Steven parece envuelto en una animada conversación sobre sabrá Dios qué con el condenado general. -Estoy seguro que no se lo roban, ¿vamos?

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora