Once de la misma noche, con cincuenta minutos, cocinas reales del Palacio de Buckingham.
La caja le ha llegado durante la tarde. Es de un azul profundo y tiene largas líneas doradas formando flores a los bordes. Tiene un peso considerable y viene acompañada de una pequeña tarjeta que contiene una sola oración, con las letras de su padre.
"Esto es tuyo, siempre lo ha sido."
Es una corona de oro blanco. Tiene zafiros azules adornando las ocho puntas sobresalientes y cuando se la prueba, parece que le han puesto miles de estrellas sobre su cabeza. Es pequeña, quedando justo sobre su coronilla.
-Es preciosa. –exclama Tony. -¿La usaras en la boda?
-Sí. –es lo que su madre planeo, la corona es de ella. –Papá lo quiere así.
Decir que la boda está más cerca está de sobra. Más cerca de que su vida termine de girar y le llene de cientos de responsabilidades con el pueblo inglés y asuma sus obligaciones con el pueblo austriaco. Siente como si un muro de mil metros de alto está tambaleando y amenazándole con aplastarle en cualquier momento.
Están en una esquina de la cocina, tirados en el suelo robando los pastelitos que posiblemente estén la recepción. Son de pan de hojaldra, se quiebran antes de llegar a su boca y le llenan los dedos de azúcar de vainilla.
Tony llego a por él mientras miraba la puerta donde minutos atrás había salido James. Todavía no sabe si fue lo mejor, salir implicaba poder volver a cruzarse con el príncipe heredero y su mente seguía cubierta de nebulosas. Aunque quedarse le tentaba a correr detrás de James.
Hacen esa reunión una vez a la semana. Se llenan de pasteles, de postres y de leche mientras hablan de cualquier cosa. Peter le encargo a Tony cuidar de él y viceversa, ambos se lo han tomado muy en serio. Aunque esta vez es diferente, es la primera vez desde que Steven les vio y no le ha dicho nada, no sabe si debería, Tony tampoco ha hablado.
Además, no está realmente seguro de lo que vio. Tony estaba contra la pared, apenas distinguió su rostro en la oscuridad. A Peter le reconoció porque sí, aunque quedará ciego podría hacerlo. Entonces-
-Le he visto salir de tu habitación.
-¿Perdón? –el pastel quedo en medio camino hacia su boca y Tony le trae a tierra.
-A James. –declara. –No me vio, parecía aturdido, ¿han vuelto a pelear?
Al príncipe Anthony le preocupa si han vuelto a pelear. No le preocupa que viera a James salir de sus habitaciones en horas no adecuadas, se le podría interpretar de tantas malas maneras que podría hacerse un nuevo rumor en el palacio y eventualmente llegar a la prensa. –No. No hemos peleado.
-¿Entonces? –Tony se ve realmente curioso, pero él no quiere decirle que ha pasado, que ha estado pasando con su hermoso. Por Dios, no.
-Amm- bueno, verás. –no quiere, aún no lo entiende y decirlo en voz alta le da escalofríos.
-Steven, todo el palacio saben que se besan. –sin más.
-Yo-
-Está bien, Steven. Se van a casar. –la mano azucarada de Tony toca su pierna. –Solo quiero que sepas que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿está bien?
-¿No crees que vamos muy rápido?
-Eso se lo preguntas a la persona incorrecta. –Tony llena de pan su boca. –Estoy lejos de tener una respuesta para eso.
-¿Lo dices por Peter? –muerde su mejilla en cuanto lo dice. –Bueno, por-
-¿Te ha dicho algo? –los bonitos ojos del príncipe están escandalosamente abiertos, sorprendidos, asustados.
-No, Peter es un caballero. –eso podría ser mentira. –Les vi esa noche.
Anthony cubre su rostro con ambas manos, está avergonzado a todas luces. –Descuida. No diré nada.
-¿Sabes lo que pasaría si se enteran? –es como un susurro ahogado. –Ni sé que estaba haciendo, qué pasó.
Steven sí sabe. Es la magia de Peter. El rey observa y si le gusta, bueno, terminan contra una pared a merced del joven rey.
-Es bueno saber que no soy el único perdido.
-Es diferente. –los ojos de Tony le ven, aun afligidos, pero con travesura. –Qué tú, bueno, ya estuvieras embarazado no sería novedad.
-¡¿Qué cosas dices?! –es su turno de avergonzarse. –No es como si tú, fueras, ya sabes, como yo.
-Realmente debes gustarle a James.
-¿Qué?
-Es manera de sonrojarte, de ser tan tierno e inocente a la hora de hablar de sexo.
-¡Tony!
-Lo siento. –pero está sonriendo. –No Steven, no soy un doncel que saldrá embarazado. Pero igual sería un escándalo que la corona no podrá cubrir.
-No tienen por qué serlo. –está completamente perdido. –Solo cierren bien las puertas.
-¿No te importa?
-Tony... -el príncipe ha sido muy bueno con él, ha sido su amigo en medio de todo eso. –Solo ten cuidado, ¿sí? –pero Peter es su hermano y le cubrirá lo suficiente hasta que este le diga que está sucediendo realmente.
-Tú también ten cuidado. No queremos herederos antes de tiempo. ¿Te imaginas la prensa diciendo que la boda fue para ocultar un embarazo? ¡Qué escandalo!
-¡Anthony! –chilla antes de llenar de azúcar la cara del príncipe.
Se molestan un rato más. Cerca de la una de la mañana se levantan con dolor de estómago por la risa y con azúcar hasta detrás de las orejas. Steven le dice a Tony que guardara su secreto. Tony le dice a Steven que está bien, que estarán bien.
Steven traga saliva y evita decirle que uno de los dos, está por estrellarse contra el mundo. No sentencia a Tony porque no está totalmente seguro quién de los dos será.
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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...