El vestido es espectacular, pareciera hecho de plata y se mueve con el vaivén de las delgadas piernas. Es la primera vez que lleva el cabello completamente recogido. Obviamente es para darle vista a la diadema de Esmeraldas de María Teresa de Francia que le fue prestada. Las joyas de la corona francesas que fueron guardadas herméticamente desde el sensible fallecimiento de la madre de Peter.
Pero es un gran evento, así que fueron sacadas para que ella las luzca.
Lo mejor de lo mejor del mundo, líderes, presidentes, altos mandos de los mejores ejércitos, incluso otros reyes eran los invitados a celebrar el cumpleaños del mejor rey de Francia. Aunque ese no era su verdadero cumpleaños, es la fecha del aniversario de su coronación la que hace que grandes personalidades estén ahí en Versalles.
Ella cuelga de su brazo, sonríe a las cámaras y saluda a cada invitado con el correcto protocolo. Podría ser la estrella, brillar incluso más que el propio Peter, quién lleva la tallada chaqueta militar azul y la corona con flores de lis llenas de diamantes. Maree podría serlo, con su perfecto rostro y sus curiosos ojos.
Afortunadamente existe alguien que brilla más que el propio sol y va del brazo de su hermano. Lleva un impresionante Wedding Blue del nuevo diseñador hindú. Es un blazer de profundo azul con seis enormes botones dorados que van desde el pequeñísimo cuello hasta el ombligo. El escudo de la real casa austriaca está bordado con hilos de oro justo sobre su corazón.
Los cabellos rubios están perfectamente peinados bajo la corona de hermosos zafiros azules, la misma que usó en su boda. Todos dejan de verla a ella porque Steven ha llegado y sigue sin existir una sola alma que se resista al encanto del precioso doncel. Su hermano, que lleva el mismo diseño de blazer en color negro y con sus medallas de honor otorgadas por la marina, aprendió a lidiar con la abrumante atención que su esposo siempre atrae.
Maree se apresura en saludar, recibiendo a los invitados como si fuera su casa. Aunque está a nada de serlo, Peter pondrá el anillo en ella pronto y ella será la Reina Consorte de Francia, ¡Viva la Reina Maree!
No hay que malinterpretar, el Príncipe Anthony, quién sí nació en la realeza, quién lleva verdadera sangre real corriendo por sus venas, no está celoso de Maree. No quiere ser el que sostenga la mano de Peter y le da la bienvenida a cada pareja entrante. Mucho menos quiere ser el que besa la mejilla del rey cada cinco segundos para aclarar que sí están en una verdadera relación.
– ¡Anthony! ¿Qué haces aquí solo? –a veces se siente mal de la inocencia de su hermano.
– ¡Mírate! Que guapo estás, por Dios. –desvía el tema. – ¿Steven? Pareces un ángel bajado del cielo.
Su cuñado se sonroja y niega efusivo. –Anthony, me alegra al fin encontrarte.
Las copas siguen su curso hasta que la cena es anunciada y todos buscan en los elegantes comederos sus sitios asignados. No le sorprende que el nombre de Steven este al lado derecho de Peter, al lado va James, le sigue el suyo. Respira profundo y se niega a verle, no después del último enfrentamiento que cada vez le quita más energía.
Anthony la observa de reojo y empieza a preguntarse cómo carajos terminó así. Su madre paralizó su vida, le quitó todo el poder y lo convirtió en quién siempre quiso ella. Un sumiso niño que asiente ante cada orden dada. ¿Y todo por culpa de quién? Del sujeto que ahora sostiene la mano de la morena mujer y le reafirma lo hermosa que luce. No era justo, Anthony lo perdió todo para quedarse con nada.
James le pregunta sí está bien después que Steven se lo pregunte dos veces. Y la verdad es que no, quiere darle un par de puñetazos al rey que ni siquiera lo mira de soslayo, quiere gritar y mandar todo directamente a la mierda. Necesita aire, su corazón se está ahogando en su propio veneno. Arrastra la silla y sale del comedor.
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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...