Mentiroso, mentiroso.

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"Con un apasionado discurso sobre el amor verdadero y apelando al lado más romántico de los franceses, el Rey Peter anunció que contrajo nupcias con, el una vez príncipe Anthony de Inglaterra, y hoy se presenta como Rey Consorte Anthony y recibe el trato de majestad..."

"Son muchos los comentarios surgidos, fue tan sorpresivo que el pueblo está auténticamente molesto por-"

"No era secreto que todos esperábamos que Maree fuera nuestra reina, pero el Rey dijo que el príncipe era su amor verdadero y todos sabemos que el amor real-"

" ¡Es una total locura! ¡Ni siquiera habían anunciado que el príncipe renunció a la realeza británica para unirse a la francesa! Necesitam-"

"Fue muy romántico, se tomaron de la mano y sonrieron felices, reales. Son tan jóvenes y están tan enamorados-"

"Nos deben una explicación-"

" ¡¿En qué un momento un británico viene a gobernarnos? ¡El rey no puede hacer esto-"

El príncipe Steven apaga el televisor. Decide abandonar la sala y salir a dar un paseo, necesita aire fresco. Pigeon se une de inmediato y no puede evitar sonreír cuando ve al inmenso animal estirarse y bostezar con demasiada pereza.

Han pasado tres días desde que Peter anunció su boda, tres días desde que Anthony recibió la corona que por ley ahora le  pertenece. Tres días desde que el mundo entero colapsó y todos tratan de buscar las respuestas a las mil incógnitas que han surgido.

Para mantenerse a salvo del acecho de la prensa y no dar declaraciones hasta que la reina lo autorice, Steven tiene estrictamente prohibido salir al huracán público que atraviesa la familia real británica. Para evitar un problema más a la docena que ya tiene, obedece sin mayor ánimo. 

Se acomoda en los escalones que van a los jardines. A la lejanía puede ver los paparazis en los portones de la propiedad que esperan pacientes obtener una sola fotografía, una sola declaración sobre qué diablos está ocurriendo. Y aunque está terriblemente tentado a salir y brindar su opinión, se queda sentado.

En total, ha sido un mes. Un largo mes sin sus desayunos, sin besos de media tarde, sin funestas caricias que le arrebatan el aliento. Un mes despertando con la única compañía de Pigeon, sin los abrazos perezosos, sin la lenta respiración que alborotaba sus cabellos.

Lo extraña con cada pequeño átomo de su cuerpo. Se siente terriblemente solo, más solo y excluido que nunca. Necesita ver los preciosos ojos celestes que le dan aliento, ánimo, consuelo. Lo necesita para poder vivir, no de manera literal, pero realmente lo extraña.

Pero James tiene que estar del lado de la reina, apoyando a su madre en ese difícil momento que ella misma se provoco. Entiende lo complicado y aunque no es su culpa, sí tuvo mucho o tal vez todo que ver, tiene que quedarse en silencio. Así que comprende perfectamente la posición de su esposo.

Aunque claro, que la entienda no significa que este de acuerdo. Le parecen extremas las decisiones tomadas y que no afectaron en nada a los nuevos reyes de Francia. Sí bien ellos tampoco la tienen fácil con la división que se ha formado en el pueblo francés entre los que apoyan incondicionalmente a Peter y quiénes se niegan a tener a un británico en la corona, al final están juntos y si antes no existió poder divino que los pudiera separar, ahora menos.

Steven prefiere quedarse a un lado, no va a cambiar de opinión y si tendría que volver a hacerlo, lo haría todo el día. Sí para que el hijo de su hermano y su querido cuñado viviera tenía que pagar con su propia felicidad, que así sea. Steven ya estaba atorado en su matrimonio y aunque llora todas las noches extrañando a James, sabe que tomo la decisión correcta.

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora