Palacio [STUCKY] [STARKER]

Caminacorrer.

  –Han llamado de la universidad, quieren la justificación de su ausencia, su alteza. –Harley, su buen secretario, asistente, asesor, psicólogo, su todo. –Les he dicho que se enfrenta a terribles problemas estomacales.

Hunde su cabeza un poco más en la almohada. –Gracias, supongo.

–Es un placer ayudarle, su alteza. –le escucha abrir las cortinas. –Me he tomado el atrevimiento de prepararle el baño, su ropa y un almuerzo con el príncipe Steven.

– ¿Por qué?

–Porque lleva dos días marchitándose en esa cama. Es momento de volver a la vida, su alteza. –cuando lo conoció pensó que sería un estirado asistente más, vaya sorpresa la que se llevó.

Fue la mejor decisión, por supuesto. Había hecho una lista de los pros y los contras que esa exigente relación tenía y la balanza se inclinó hacia el lado perdedor. Sobre todo cuando llego a la parte irremediablemente enamorado de un hombre que no es de nadie y que nunca lo será. Está seguro que existe un poema para lo que eran, pero ahora no puede recordarlo.

La amenaza que hizo su madre le dio verdadero terror. Miedo a perderlo todo, miedo a las funestas consecuencias. Y Peter no le daba seguridad, ni alivio, ni paz. Le daba fiebre, dolores de cabeza y la sensación de caer en un espiral sin fin. Fue lo mejor se repite.

–No es necesario que hagas una cita, solo debes llamarme para cambiar mis compromisos para tener un almuerzo contigo, Anthony. –Steven, tan inocente con su suéter de lana celeste. – ¿Está todo bien?

Por supuesto, solo está terminando el proceso de desintoxicación de Peter. –Claro, ¿y tú cómo estás?

–Terminando la agenda del año, la próxima semana vuelo a casa. –suspira con melancolía. –Lamento que no puedan ir, Margarita regresará de sus giras y estaremos todos juntos.

– ¿Margarita? ¿Hablas de la prima misteriosa que dirige Austria?

–Dirigía. Papá ha mejorado lo suficiente para retomar muchas de sus funciones. –hay tanta alegría en el rostro de Steven que le envidia un poco. –Los innovadores tratamientos de Peter son increíbles.

Él lo sabe, muchas noches hablaron de crear fundaciones para casos terminales de cáncer y comenzar a aplicar los tratamientos en los que el rey trabaja y en los que él había hecho un par observaciones bastante efectivas, eran un par genios trabajando en equipo a horas muertas de la madrugada . Pero nunca se pusieron de acuerdo si empezar en Inglaterra o en Francia.

Fueron muchísimas cosas las que planearon hacer juntos mientras fumaban desnudos en la cama. Planes que nunca van a solidificarse porque nadie puede verles juntos y porque decidió ponerle un punto final a esa efímera relación.

– ¿Seguro que estás bien? –su cuñado inclina el rostro y junta las cejas.

–No me he sentido bien estos días, estoy seguro que es algún resfriado.

–En ese caso mejor alejo. –medio bromea el rubio. –Le pediré a Charlotte que te de la receta de su té que lo cura todo, seguro te sientes mejor.

– ¿Hasta los corazones rotos? –pregunta en un murmuro. Le sorprende la comprensiva mirada que recibe por parte del Príncipe.

–Me temo que no, pero no hay duda de que estarás bien.

Recibe un abrazo que no sabía que necesitaba. Le queda claro que Steven ya está al tanto del rompimiento y le ofrece consuelo sin tocar el tema. James tiene razón, Steven es un alma vieja mágica que vive en un delgado cuerpo, se burlo cuando James se lo dijo, pero ahora entiende a la perfección a lo que se refería.

– ¿Sabes que siempre me sube el ánimo?

–Por favor no me digas que cantar. –intenta bromear.

–La crema batida.

– ¿En serio?

–Sí. –asiente infantil. –En lo que sea, frutas, helado, galletas.

–No solo te sube el ánimo, también el azúcar.

–Haz de cuenta que es lo mismo. –encoge los hombros. –Anoche prepare unos pasteles para James, podemos llenarlos de crema batida y comerlos hasta que nos duela el estómago en lugar del corazón.

Tienen resultados exitosos. Comen en la cocina y con crema batida comienza a llenar el vacío de su pecho. No es la primera vez que sufre de mal de amores, sabe que es cuestión de días que el recuerdo del Rey salga de su organismo y pueda volver a ser él. Aunque su mente le diga mentiroso y su corazón sigue encogiéndose en tristeza.  

Al final del día decide marcharse a la universidad, tiene muchas tareas atrasadas y debe ponerse al día. Mantener la cabeza ocupada hasta que llega la madrugada fue una excelente idea. Pero los susurros de la noche, el frío viento que se cuela en la ventana y la cama sin hacer le trae recuerdos. 

Se pregunta si Peter lo extraña como él lo está haciendo, lo duda, cumplió con la promesa de no llamarle. Entonces trata nuevamente convencerse que fue lo correcto, aunque el nudo en la garganta se cierre y amenace con dejarlo sin oxígeno en medio de su desordenada habitación. 

La mayoría de las personas se quejan sobre lo difícil que es encontrar el amor. Nadie dice lo complicado que es encontrarlo en la persona equivocada. Otros fantasean con ser un príncipe de sangre, como él, pero no imaginan lo que ese privilegio quita. Es una mierda tenerlo todo y a la vez no tenerlo nada. 
El cerebro y su corazón pelean dentro de su cuerpo, estallando su mente. Descubrir que lleva al rey por debajo de la piel le desarmo. Luego la duda que crecía por saber si era correspondido en la misma manera le aplastó. No hizo la pregunta porque tuvo las respuestas en las extrañas actitudes del rey, no iba a preguntar lo obvio. 

Después estaba la amenaza de su madre, el temor de ser descubierto y ver que a Peter eso no parecía importarle. Ahí le quedo claro que Peter no le quería más allá de un buen acostón, porque si le quisiera, solo un poco, entendería su miedo. Para él estaba todo claro, entonces sí, fue lo correcto. 

Termina el cigarrillo y observando como la primer nevada del año está empezando a caer se dice que estará perfectamente bien, que nadie ha muerto de un amor no correspondido, que fue mejor tener y después perder porque podrá guardar ese recuerdo en el fondo de su memoria y ser feliz por los buenos momentos. Claro que sí, mentiroso.