Ganar.

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 No sabe porque lo anuncia, nunca lo ha hecho. Pero con Steven todo es absolutamente diferente y la mayoría de las veces tiene temor de equivocarse y alejarle.

El príncipe no responde. Sus ojos, casi grises por la oscuridad de la noche, le ven con sorpresa, el pecho sube y baja contra el suyo y en ese instante piensa cómo será. Por la diferencia de altura tendrá que inclinarse, o tal vez le levante un poco. Y se pregunta: ¿Cómo sabrá?

No hay respuesta, pero tampoco ha salido corriendo. Aspira con fuerza y prefiere inclinarse, solo un poco, sentir su respiración chocando contra sus mejillas, el aroma de su colonia.

Sigue sin moverse. Aunque sus dedos tiemblen lo hará. No hay vuelta atrás, no tendrá el valor nunca más. Son suaves, tibios y delgados. Su pecho palpita más de prisa y aunque no se muevan, es increíble, es más de lo que imagino.

Es solo un fantasmal toque, pero está seguro que ha sido demasiado y necesita tomar aire. Se separa y ve los estragos que ha hecho en Steven. Mejillas rojizas, labios entre abiertos, ojos cerrados, respiración sin sincronía. Y se vuelve perfecto así.

-Deberíamos volver. –apenas escucha sus palabras.

-Sí. Regresemos. –suspira. Al menos no corrió, o le golpeo. Y gana porque sigue sujetando su mano cuando caminan al auto.

Y gana doblemente porque recuesta la cabeza en su hombro y cierra los ojos, se ve confundido, pero tranquilo. Y es muchísimo más de lo que espero en esa noche.

-¿Todo bien? –pregunta Sam cuando están por llegar.

-Mejor que nunca.

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora