Evidentemente.

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Peter haría por él lo que sea. Es su hermano mayor, su mejor amigo, su compañero, su protector, su todo. Si le pidiera que diera el reino de Francia por él, lo haría sin dudarlo ni un solo segundo.

Así que solo le pide que coquetee un poco con el príncipe Anthony. Que le ponga algo nervioso, lo suficiente para desequilibrarle de su porte serio y ver que puede escapársele.

-¿Su alteza ha visitado Versalles? –es fácil, bastante. Peter es un coqueto innato. Una vez dijo que era su sangre francesa.

-No he tenido el placer. –Steven está sentado a un lado de Tony, puede ver como respira profundo antes de contestar. –Pero me encantaría hacerlo.

Anthony es otro coqueto innato. Y es electrificante estar entre medio de miradas hipnóticas, de medias sonrisas escondidas en preguntas. Peter es muy gestual, mueve los labios de manera perezosa y coloca las manos en lugares estratégicos, abdomen, piernas. Tony en cambio le ve expectante, mueve cejas e inclina su rostro.

-Puedes hacerlo cuando quieras. –contesta Peter. –El palacio de Versalles está a tu entera disposición. –el rey utiliza muy bien su acento, lo hace sonar como una invitación para hacer cosas malas. Steven lo ha oído cientos de veces en sus cientos de conquistas.

Le conversación es enteramente de ellos. Hacen tiempo para que el príncipe James vuelva de cambiarse. Tiempo para que Peter moleste lo suficiente los nervios de Tony y pueda hacer un par de preguntas.

Como evidentemente no pueden preguntarle directamente, Peter hace las declaraciones necesarias para provocar en Tony la curiosidad suficiente para averiguar lo más que pueda.

-Entonces ustedes se conocen desde pequeños, ¿correcto?

-Así es. Yo tenía siete años cuando este príncipe nació. –contesta Peter. –Hemos sido inseparables desde entonces, claro, hasta que James me lo robó.

-No lo robó, solo fue más rápido. –aclara Tony. –Cuando quieres algo, vas por ello.

La sonrisa en Peter es angélicamente malvada. –Temo que estás entendiendo mal. Steven y yo somos cercanos, pero no como tú lo estás pensando.

-Somos primos. –retoma Steven cuando James entra a la habitación.

-Prácticamente hermanos. –agrega Peter con malicia. –Su mamá era hermana de mi difunto padre. Y su padre es mi primo de mi madre.

Los ojos de Tony se abren en sorpresa y buscan automáticamente a James. Steve también le busca y encuentra lo que quería, un príncipe paralizado, confuso y claramente sorprendido. Aunque también una fantasmal sonrisa de alivio y solo enfurece más.

-Su alteza. –Peter se levanta de su sitio, su mano se desliza en su abdomen estirando su camisa en un auto reflejo. –Te estábamos esperando.

-Su majestad. –por orden jerárquico, James tiene que hacer una leve inclinación hacia Peter. –Aunque tengo la impresión que interrumpo.

-Para nada. –la voz en Tony grita un "¡te lo dije!" palpable. –Llegas justo a tiempo. Su majestad me contaba cómo ha cuidado de Steven todo este tiempo como un hermano.

-¿Ah sí?

-Así es. Soy su protector.

-Temo que no necesitará más de su servicio, yo estoy para cuidarle.

-Ya veremos eso.

-Creo que es el momento adecuado para pedir el té. –corta Tony.

Steven prefiere hundirse en el sofá y guardar silencio. Decir es solamente enojo seria mentir. Es enojo de traición, enojo de decepción, enojo de fracaso. 

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora