Ajám.

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 Han abierto las cortinas y puertas de par en par de la habitación de Steven. Han colocado cómodos sillones y toman todo el sol que Londres les pueda dar. Esta recostado casi en su totalidad, una pierna encima de la otra y lucha por no cerrar los ojos y dormir.

Steven habla con su padre por teléfono, le explica que la cena fue un éxito y que se quedaran en Londres hasta la boda, que está a un mes de llegar. Se desconecta un rato y deja que el escaso sol le llene de vitamina.

-Su majestad. –es Jade, su mano derecha. –Lamento mucho interrumpir, pero su alteza el príncipe James solicita hablar con el príncipe Steven.

-¿Le has dicho que está ocupado?

-Insiste.

-Laisse le passer. –se prepara para divertirse un rato. –ça va être amusant.

Jade se va. Escucha de nuevo la puerta y esta vez los pasos son más pesados.

-Su majestad. –el saludo es como si diera una bofetada. –Siento mucho interrumpir, pero quería hablar con Steven.

-Bueno, puedes ver que está ocupado. –le apunta con el dedo. Steven esta recostado en el umbral de la puerta, teléfono al oído y le cuenta a su padre con entusiasmo como está casi todo listo para la boda. – ¿Flores?

James sostiene un ramo grande de blancas orquídeas. –Investigue. Las personas alérgicas al polen pueden recibir orquídeas, no genera ninguna reacción.

Peter se muerde el interior de la mejilla reprimiendo una risa. Es dos años mayor que el príncipe, pero su estatus de rey le ha empujado muchísimo más rápido al mundo, así que no puede dejar de verlo como un adolescente que lanzaron al agua con la esperanza que llegue al otro lado sano y salvo.

-No le gustan las orquídeas. –molesta. –Pero seguro que te agradece el gesto.

Las cejas de James se juntan, en sus ojos relampaguea la tristeza. –Gracias.

Hay una diferencia abismal entre él y su queridísimo hermano. Y aunque se haya comportado como un bête con Steven, le agrada. Siente empatía, es el futuro rey y le compadece saber todas las cargas que le esperan.

-Toma asiento. –finalmente le da espacio en el sofá. –Te ofrezco Stroh80 con zumo de manzana. Aunque también trajeron té.

-¿Stroh80?

-Es el mejor ron austriaco, deberías conocerle. –molesta un poco más. -¿Te sirvo un trago?

-Gracias.

No solo el olor, sino el sabor del ron son fuertes. El pobre príncipe apenas puede disimular la sorpresa del sabor. Peter aspira con fuerza para disimular la risa.

-Hola James. –Steven ha terminado la llamada y regresa al sofá. –No esperaba verte ho- ¿flores? ¿Otra vez?

-Las orquídeas no alteran tu alergia. –se aclara la garganta. –Investigue.

Hay un brillo en la mirada de Steven, hay color en sus mejillas y recibe las flores con una sonrisa tímida. Es tan tierno y tan obvio que esta vez tiene que toser para contener la risa.

-Gracias, James. –habla tenue. –Están preciosas.

Peter jura que puede escuchar los latidos del príncipe. –Esperaba que realmente te gustaran.

-Me han encantado. –Peter rueda los ojos.

-Hay algo más que he preparado para ti, pero ese será hasta la noche.

-Eso suena mejor que las flores. –el comentario escapa antes que puede morder su propia lengua. Las vistas se centran en él. –Disculpen.

-Peter, tú también estás invitado.

-Que amable de tu parte.

-¿A dónde iremos?

-Es una sorpresa. –James deja el vaso en la mesa y se levanta, listo para irse.

-¿Qué ropa debo llevar?

-De preferencia oscura y bastante cómoda. Muy bien, los veo más tarde.

Steven se queda de pie, meciéndose con las flores de un lado a otro. Peter sigue bebiendo del zumo y le observa. No hay peor ciego que él no quiere ver, se repite el rey.

-Me ha invitado por educación, pero estoy seguro que la sorpresa solo te incluye a ti. –rompe la burbuja del príncipe.

-¿De qué hablas? Dijo que estaba bien.

Medita, Steven es lento para muchas, muchísimas cosas. –Hoy es mi última noche aquí. Volaré directo a Bruselas, creo sería mejor que me quedara descansando.

-Peter...

-Ve tú, estoy seguro que te divertirás. –como el planea divertirse la última noche en ese palacio tan pero tan oscuro y peligroso. –Además, tu boda es en menos de treinta días, ya nos veremos ahí.

-¿Seguro?

-Segurísimo Stevie, ahora dejas las flores que las estas ahorcando. –Steven suelta una espontánea carcajada y vuelve al sofá, retomando su tarde de procrastinar. 

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora