En nochebuena se ha infiltrado a la cocina y ha estado poniendo atención a como Clarissa prepara las carnes con el exterior perfectamente sellado y el interior tierno y jugoso. Nunca está de más aprender una nueva receta.
– ¡Su majestad! –el lento ir y venir del servicio se interrumpe cuando la imponente presencia del rey Peter está a la vista. – ¿Se le ofrece algo?
Entre el alboroto de todo el servicio, que seguía portándose como hormigas envenenadas cuando la realeza entraba, Peter se ríe. –Sí Clarissa, he venido por Stevie.
El rubio se baja del banco. – ¿Para?
–Mi tío quiere ir a dar una sospechosa vuelta al castillo, así que le dije que estaremos felices de acompañarle.
– ¿Crees que quiere fumar su tradicional puro cubano?
–No podemos arriesgarnos. Ponte un abrigo, ha dejado de nevar, pero no está de más.
No hace falta que se lo diga, él sabe muy bien que debe cuidarse. –Su alteza, ¿retrasamos la cena? –pregunta Clarissa en su natal alemán.
–No. Estoy seguro que desistirá al no verse solo.
El rey Stefan espanta toda la comitiva de servicio que estaba listo para acompañarle, Peter y Steven caminan un par de metros atrás del monarca, lentos y esquivando los congelados rosales que perecen en los caminos del jardín real.
– ¿Y bien? –con las manos dentro su abrigo, finalmente cuestiona. – ¿Te han servido estos días?
– ¿No te parece que Margarita está sentida por lo que pasó?
–No creo. –aun no es tiempo, que Peter esquive su pregunta es la única señal que necesita. –Papá dice que estuvo de acuerdo.
–Tenía que estarlo, tu padre sigue siendo la mayor autoridad, le guste o no. –doblan una esquina y rodean la fuente congelada, sin perder de vista la espalda del monarca. –Yo sé que está enojada, aunque diga que no.
–Bueno, aún le quedas tú. –Peter hace una risa nasal. –Es decir, son compromisos después de todo.
–No creo que eso suceda, realmente lo dudo. –su respuesta suena como una promesa. – ¿Qué dice James?
–Que ha estado nevando más que otros años.
– ¿Y qué dice Anthony? –la discreción no fue invitada a esa conversación. Duda en dar la respuesta, pero los ojos de Peter caen en él y le transmiten tanta desesperanza que duele el interior de su pecho.
–Que realmente lamenta no haber venido. –miente.
–Le dije... –murmura el rey. –Es tan testarudo.
– ¿Me dirás que pasó?
–Te lo dije, sus berrinches y sus malcriadezas nos privaron de unas excelentes vacaciones navideñas.
–Peter...
El mayor medita, siguiendo los lentos pasos del rey. –Dijo que yo era una pérdida de tiempo.
Se detiene, abriendo los ojos, sorprendido. – ¿Te lo dijo así?
–No. Pero lo dio a entender. –agrega. –Habló sobre como su vida se detiene por mí y de cómo la relación le estaba consumiendo.
Pero hay más debajo de todas esas palabras, puede sentirle. – ¿Y tú qué opinas?
–Que su preciosa boca está llena de toda la jodida razón del mundo.
– ¡Peter!
–Lo siento. –pero no lo siente, está dándole una triste sonrisa. –Es solo que... con él fue diferente, todo. Yo, creo- No sé.
Steven guardará en su memoria como vio por primera vez tartamudear al mismísimo Rey de Francia. – ¿Le quieres?
–Él y yo somos lo que no puede ser. Es una relación sin futuro, aunque nos creamos muy progresistas, aun se juzgan las relaciones que no son para procrear. Y sobre todo a nosotros, que debemos asegurarnos a toda costa una línea de sucesión.
–Así que el hecho de no podemos tener hijos, que no habría un heredero para Francia y su que madre me mataría al saber que profane a su querido hijo, fueron demasiada presión para el chico. Políticamente incorrecto por dónde quieras verle.
Steven no está seguro si deba seguir guardando silencio, Peter al fin expresa lo que su cabeza le atormenta y está casi seguro que está hablando más para sí mismo que con el.
–Sin olvidar el par de años que nos llevamos de diferencia. Eso no importo contigo y con James.
–Es muy distinto. El matrimonio era un seguro para evitar que las indias atacaran. –alega más alto de lo que calculó y recibe hasta la mirada de su padre. Aclara su garganta. –Es decir-
–Sí, sé lo que quieres decir.
Peter se ve más animado durante la cena, incluso se atreve a bromear con la seria Margarita. Pero Steven sigue viendo enojo y un poco de desesperación en esos enormes ojos acaramelados.
–El tiempo lo cura todo, hijo. –le murmura su padre. –Déjale sanar a su modo.
Más tarde, en la soledad de su habitación se cuestiona si llamar o no a James. Tal vez ya este durmiendo o siga celebrando con su familia, que también debería ser suya pero la reina ha puesto la barrera invisible que le excluye y no tiene ni el mas mínimo interés en escalarla.
También piensa en llamar a Anthony, pero no sabe que decirle. Es bastante difícil ver las dos partes afectadas de un amor que está destinado a no ser.
Se cuestiona su propia suerte. Es decir, de un matrimonio arreglado obtuvo un increíble ser humano que le otorgaba su tiempo completo y que le besaba como si su vida dependiera de ella. No había nada en James que quisiera cambiar y la mejor parte era que podía compartir con el cada noche.
Suspira. Esta feliz, con besos húmedo y caricias temerosas, desea la misma felicidad para Peter y para Anthony.
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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...