-"...los días son largos... te extraño tanto..." –mastica con algo bastante parecido a la rabia. –A lo mejor pensaban verse allá y yo interrumpí.
-James...
-"...el recuerdo de las tardes de Versalles vienen a mi memoria..." ¡Mentiroso! –exclama mientras sigue dando vueltas en la habitación bajo la atenta mirada de su hermano. –A mí diciéndome que nunca salía del castillo.
-James debe-
-Te apuesto que los postres ni siquiera eran para mí, para nosotros. –se corrige porque Tony rueda los ojos. - ¿Puedes creerlo? Tan inocente que se mira, pequeño mentiroso.
-¿Al menos le preguntaste?
-Claro, "Steve, ¿dejaste un amante en Versalles con el cuál te sigues escribiendo apasionadas cartas? ¿Por qué lo pregunto? Curiosidad, cariño." -Tony vuelve a rodar los ojos. –Hasta crees que va admitirlo.
-¿Amante, James?
-No le escribís así a un amigo. –no tiene las cartas en la manos pero puede recitarlas completas, las memorizó. –"El mejor verano de mi vida, recuerdo tu cara sonrojada por el ejercicio de llevarme a cuestas" ¡En su espalda! ¡Cargo a Steven en su espalda!
-Estoy seguro que exageras. Steven no es así. –aparte su hermano le defiende. –Seguramente estás de celoso paranoico y mal interpretas las cartas.
-¿Celoso? ¿Yo, celoso? –bufa.
-Oh por favor, Jamie. –Tony inicia a burlarse. –Desde Versalles se nota que estas ardiendo en celos.
-¿Versa- ahg! –claro que no está celoso. -¿No te importa que le sean infiel a tu hermano?
-Claro que sí, pero no es este el caso. –la paciencia de Tony comienza a agotarse y se levanta del sofá. –Estás siendo un idiota, solo tienes que preguntarle quién es y te apuesto que Steven te contará todo.
-¿Y qué le digo? ¿Qué leí su correspondencia, obviamente privada, y que descubrí que es me infiel cuando ni siquiera nos casamos?
-James, por lo que más quieres, ¡deja de ser un idiota! –exclama el príncipe. –Pregúntale, por Dios.
-Olvídalo. –se funde en el sillón y se cruza de brazos. Es una rabieta a todas luces. –Suficiente humillación saber que soy un cornudo.
Anthony soba sus cienes. Tiene un dolor de oídos como regalo del vuelo y dolor cabeza por el testarudo de su hermano. James se ve abatido, como si le hubieran dado una paliza brutal y aun así tiene la osadía de decir que no son celos.
-¡Invitarle, además! Es el colmo de los colmos. –exclama, murmura, bufa y repite el ciclo.
-Iré a dormir. Solo no seas un idiota, por favor.
Pedir fue en vano. James evita los desayunos con éxito. Las comidas igual y todos murmuran en el castillo como el príncipe arde en cólera y descarga su ira haciendo galopar a los sementales.
En Steven se refleja enojo acompañado de decepción y tristeza. Pero como ambos compiten en ser el tonto del año, juegan a evitarse cordialmente e ignorarse. Juegan a las escondidas inglesas en todo el castillo y el servicio sigue cotilleando.
La mañana tan esperada por Steven llega. Tony ve como se recompone automáticamente, se ve radiante, feliz y desesperado porque sean las once de la mañana, de igual manera ve como el humor de James sigue multiplicándose.
-¿Era necesario que viniera la prensa? –cuestiona furico.
-Claro que sí. –la reina está en la entrada luciendo un traje amarillo. –Esta visita es de las más importantes para nosotros como familia y para el reino. Les pido que se comporten.
Anthony lucha por no rodar los ojos. Su vista va del impaciente Steven en la puerta hasta el silencioso y encolerizado James. Él, a diferencia de otros, no está impaciente, ni enojado, solamente curioso por ver quién es capaz de generar tanta conmoción en el viejo castillo de Balmoral.
-¡Al fin! –chilla Steven y de fondo ruge James.
Es un auto negro, clásico. La puerta se abre y es la personificación de Apolo. Es el arte viviente. Su cabello son rulos hechos de chocolate. Su mandíbula y nariz parecen dibujadas. Lleva una camisa blanca y un abrigo negro.
Utiliza una mano para deshacerse de una arruga imaginaria y ve los largos dedos, pálidos y adornados por anillos reales. Siente la boca seca. La lengua pegada al paladar.
-Su majestad. –no se inclina, pero hace el mismo gesto con los hombros que hace Steven cuando le habla a reina. –Es realmente un honor poder estar aquí.
-Su majestad. –replica la reina. –El honor es para nosotros.
Las cámaras capturan el momento. Anthony se ha quedo paralizado sobre sus pies.
-¡Stevie! –y saltan el protocolo en frente de todos. Steven abraza al rey de Francia y las cámaras no pierden oportunidad. –Mon chéri...
James aclara su garganta. El abrazo termina y los protocolos continúan. La reina se disculpa por la ausencia del rey Howard y le presenta al príncipe de Gales. El apretón lo da James, pero Tony lo puede sentir.
-Y el príncipe Anthony. –se inclina por costumbre, pero realmente no puede moverse a voluntad.
-Es un placer, príncipe. –el acento le da un toque tan perverso, tan sucio a las palabras que está mordiendo su lengua para no maldecir.
-Anthony... -le llama su madre.
-El placer es para mí. –quiere sonar entero, pero los enormes ojos avellanas le dan la sensación que la están desnudando y el aire se ha marchado de su cuerpo.
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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...