– ¡¿Les parece esto un hotel para vagabundos?! –el grito rebota en todo el palacio y hace temblar cada uno de sus cimientos.
Y es que Anthony se sentía superado por aquella manada de preadolescentes que parecían invadir cada habitación del palacio de Versalles solo para destruirla.
– ¡Jules! –ruge cuando la primera cabeza rubia aparece. –Estoy seguro que tú fuiste el idea.
– ¡Yo no! ¡Fue Félix!
– ¡Eh! ¡Tú eres Félix! –alega la otra cabeza.
– ¡Yo soy Jules!
– ¡Ya! ¡Los dos están castigados!
– ¡Pero papá-
– ¡Ya dije!
Recoge una de las sacrificadas tazas y respira profundo. Jade entra segundos después y se agarra la cabeza cuando mira el desastre que los gemelos han hecho por experimentar dentro del palacio, otra vez. – ¡Este par! –murmura en un rápido francés y se va llamando al servicio.
Anthony está perdiendo cada día la paciencia, hay una nube de problemas con sus hijos que parece nunca terminar y pareciera que pelea solo.
Y para rematar aquella tarde de espesa espuma que mancha los pisos y los emblemáticos muros de aquella majestuosa obra arquitectónica, entra el mayor de sus dolores de cabeza. Lánguido, de perezosos ojos verdes y de piernas tan largas que con catorce años le ha dejado atrás en altura.
–Ni voy a preguntar, esto tiene nombre y apellido. –murmura y se hunde en uno de los sofás que se ha salvado de la explosión.
– ¿Qué haces aquí?
– ¿Qué no es mi casa?
Anthony presiona los dientes. –Deberías estar en las prácticas del colegio, ¿no es entre unos días el torneo de tenis?
–Ahg, que aburrido. –dice sin más. Cruzando una pierna sobre la otra y dejando la cabeza de lado. –No quiero participar en el torneo.
–Thomás, no-
–No me gustan los deportes, y sinceramente, ¿tenis, papá? –responde demasiado rápido y Anthony respira profundo. – ¿No había un deporte menos aburrido que ese?
–Tienes que hacer alguna actividad física, ¡no puedes mantenerte viendo el televisor!
– ¿Por qué no? –refuta con el rostro relajado, con la sonrisa gamberra y con los hombros caídos. –No venía a discutir contigo, quiero avisarte que los Lestrade me han invitado a cenar y quiero-
–No. –sentencia de inmediato. –No tienes permiso para salir.
–Los gemelos están castigos, yo no. –se defiende a prisas.
–Ya hemos hablado de tu amistad con ese muchachito Lestrade y tú comportamiento con él.
– ¿Mi comportamiento? –se pone de pie en un brinco y el suéter se abraza a esa delgadez cuestionable. –No hay nada de malo en mi comportamiento.
– ¿Crees que no sé que se van a fumar donde nadie los ve? –pregunta haciendo comillas en el aire y verificando que nadie se asome todavía por la puerta. –Tu altura no te da edad.
– ¿Tú vas a decirme a mí de comportamientos? –no se ve afectado, solamente ha entrecerrado los ojos y se ha cruzado de brazos. –Porque santo no eres, papá.
–Bueno, pues santo o no, sigo siendo tu padre y estás castigado por contestón.
– ¡Pero papá-
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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...