– ¿Qué hubieras hecho sí daba positivo? –esta vez están en la cama de Steven, llenándose de azúcar glas los dedos por culpa de los Knödel que el príncipe preparo en la tarde.
–No tengo idea. –son casi las dos de la madrugada. –Lo quiera o no, hubiera afectado todo.
El príncipe Anthony no dice nada más. Están casi en penumbras llenándose el estómago de azúcar y jalea de albaricoque. En un aproximado de seis horas vendrán a por él para iniciar a prepararle para la boda. El comité le encontrara lleno de ojeras, porque es imposible conciliar el sueño.
– ¿Cómo dijiste que se llaman?
–Knödel. –recita con acento alemán. –Noc-no-dél.
–Ahora en cristiano.
–Tú diles albóndigas de queso y albaricoque.
– ¿Por qué no solo le dices durazno y ya?
–Se escucha más elegante.
Tony se ríe y sigue llevando los pequeños panecitos rellenos de jalea a su boca. Obviamente hay una pregunta rondando en su mente y debe ser importante sino se atreve a hacerla. La pregunta tiene nombre y apellido y Steven prefiere que no la haga, así le hace compañía hasta dormirse y no se queda solo con sus pensamientos y los nervios que parecen crecer más y más.
–Lo harán bien. El ensayo fue un éxito. –le consuela la confianza y la seguridad con la que el siempre habla. – Y... ¿sí vendrá? –casi siempre.
–Sí, vendrá. –no necesita saber quién. –Supongo que a esta hora ya está en camino.
– ¿Dónde se quedará?
–Regresará hoy.
– ¿No estará en la recepción?
–Sí, pero tengo entendido que no se quedará.
Se siente como un agente o un espía, hablando sin hablar. Con códigos y secretos para que nadie sospeche, por supuesto.
–Cuando regresen de la luna de miel, ya no estaré. –Tony dejas los bizcochos de lado. –Tengo que volver a estudiar, pero quiero que me prometas que me llamarás si James se pone muy tonto.
–Lo prometo.
–Y si quieres hablar de lo que sea, ¿de acuerdo?
– ¿También te llamo por si el rey aparece?
–Nunca te perdonaría sino lo hicieras.
Le duele un poco el estómago, también las piernas y hace ratos dejo de sentir sus dedos. Finalmente ha llegado el día en que sellará su destino y decir que son nervios lo que siente es poco, no hay palabra para el término.
Se duermen porque el cuerpo cede, no porque quiera. Cuando despierta Tony no está por ningún lado y Charlotte está anunciándose en la puerta. La hora en el reloj marca las ocho en punto.
Empiezan con el itinerario, tienen que estar a las once de la mañana en frente de la catedral de San Pablo. Así que se desespereza lo mejor que puede, toma aire con fuerza y se enfrenta al día tan esperado.
Primero es un gran desayuno. Le sigue una larga ducha. Luego entra una parte del comité de la boda con su traje. Es azul rey, la reina dijo que ese era el color de sus ojos, así que quedaría perfecto.
Esta hecho con las mejores telas del reino. Fue diseñado y confeccionado por el mejor diseñador austriaco. La corbata de lazo y el chaleco son del mismo color. Los zapatos fueron cortesía del reino Francés y son del mejor cuero que producen.
Le peinan con facilidad y Charlotte se asegura de colocar y fijar muy bien la corona en su lugar. Tiene que permanecer ahí todo el día y con un poco de ayuda de unos broches pequeños se convence que quedara segura.
Antes de salir se da una última vista en el espejo. Sigue siendo él, delgado, pequeño, rubio. El traje se abraza a su cuerpo perfectamente y aunque mueva la cabeza a todos lados, la corona sigue en su sitio.
–Estamos listos, su alteza. –Charlotte le espera en la puerta. –Sí me permite decirle, su alteza real el príncipe James, quedará sorprendido.
–Gracias, Charlotte. –toma aire nuevamente. –Te veré en el aeropuerto.
–Sí, su alteza.
Son quince minutos del palacio a la catedral. Escucha el ruido de los helicópteros que cubren el evento. Las calles han sido despejadas para que solamente pase él y la comitiva de la boda.
Cuando el auto se detiene y se abre la puerta, el ruido se intensifica. Hay mil cámaras en movimiento. Se baja, cierra el botón del blazer y saluda. Los gritos son de inmediato. Sonríe y sigue con el itinerario, sigue el ensayo.
Subirá los escalones, cruzara la primer puerta y antes de que abran la segunda puerta, tomara aliento y comenzara a contar sus pasos, lentos y seguros, hasta llegar a James.
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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...