Familiar.

22 2 0
                                    

Steven ve llegar a su cuñado con unas oscuras gafas. Apenas mueve la cabeza y se recuesta en la barda de madera que rodea aquel campo de entrenamiento. Vuelve la vista a su apuesto esposo que cabalga en aquel magnífico andaluz.

–Luces terrible. – declara.

–Creo que este es el verdadero castigo de mamá. –le contesta aun más desanimado.

El trote del azabache caballo llama su atención y James entra en su campo de vista. –Hola Anthony, ¿Cómo va la resaca?

El príncipe arruga la nariz. Con su cabello revuelto, con las gafas oscuras y con la chaqueta de lona, luce como una estrella de rock. –Ninguna resaca. –asegura sin convicción.

Anuncian que el rey los espera para iniciar con el desayuno y Anthony se escabulle con demasiada facilidad montando un caballo y desapareciendo en el horizonte. – ¿Qué sucede con él? –pregunta James mientras avanzan al salón indicado.

–No lo sé. –miente. –Tiene meses sin ser él. –pero acompaña su mentira de una verdad. 

Van tomados de las manos, porque así son más fuertes. Cruzan los jardines y antes de entrar al salón, escuchan la conversación.

– ¡No estás particularmente fácil hoy, Peter! –dice la acalorada voz de Maree.

–Te he dicho que lo dejes estar y siguen insistiendo. –la voz del rey está llena de desinterés.

– ¿O es qué solo no te importa y ya? –pregunta la mujer.

James abre los ojos y Steven presiona el agarre. De todo lo que imaginaron nunca pasó por su mente que la pareja tuviera dificultades, lucían felices y se llevaban de maravilla. 

–Está fiesta es más tuya que mía, ¡hiciste que Steven viniera ayudarte!

– ¡Quiero que sea de tu agrado!

–Yo no pedí una fiesta. 

El dorado matrimonio sigue frente a la puerta, escuchan los tacones resonando contra el piso y abren los ojos sabiendo que serán atrapados escuchando la conversación de los demás. James reacciona con mayor rapidez y toma al príncipe entre sus brazos, lo besa entra la sorpresa de la acción y la risa de los nervios.

–Oh, yo- –murmura Maree que ha abierto la puerta con energía. Se aclara la garganta y Steven no puede evitar florecer en rojo. –Lamento interrumpir.

James le regala otra risa de nervios. –Es que-

Antes que continúe y diga algo que les deje en evidencia, tira de la mano de su esposo e ingresan al salón. La cara de pocos amigos de Peter es notoria y Steven intercambia incomodas miradas con James. 

– ¿Dónde está Anthony? –pregunta Maree y Peter se levanta de la mesa arrastrando la silla con demasiada fuerza. 

Steven inhala profundo y se dispone a comer. Adicional todavía tienen que verificar que los invitados especiales se encuentren en sus habitaciones correspondientes y que las grandes presencias de Versalles estén en total comodidad. 

James les acompaña hasta mediodía, mientras Maree y Steven se van asegurando que todo esté en perfecto orden. La morena se ve triste, estresada y sobre todo, enojada. De la conversadora mujer ahora solo recibe escuálidas respuestas positivas y es incapaz de levantar la vista. Ellos saben que ella sabe que los escucharon.

Cuando la ven encender el cuarto cigarrillo, James da un golpecito en su pie y Steven sonríe de lado. –Maree, ¿te encuentras bien? 

Ella deja la pluma y lanza la cabeza hacia atrás. –No. No realmente.

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora