La mañana llega más rápida de lo que realmente esperaba. Aunque parece haberse detenido justo a la siete de la mañana con cuarenta minutos, porque el reloj no avanza y Steven sigue sin cruzar la puerta de la terraza y acompañarle a desayunar como lo hace desde hace dos meses.
Tal vez no llegará. Puede que esté un poco molesto por la información de ayer y tiene razón de estarlo, prácticamente fue lanzado al agua sin ninguna ayuda. A lo mejor ahora ya no le agrada, aunque tampoco sabe si le agradaba antes de contarle esa parte de la historia.
-Buenos días. –corta la línea de pensamientos y se levanta de inmediato. -¿Cómo estás hoy?
Mejor, muchísimo mejor ahora que estás aquí. –Buenos días, Steven. Bastante bien, ¿descansaste?
-Sí. –toman asiento. –Su majestad la reina me ha dicho que hoy veremos los veinte cinco pasteles que se harán para la boda. Estamos a menos de tres meses.
Es la primera vez que menciona el evento que tiene enloquecido al reino. Aun no sabe como actuar o qué decir cuando el tema es tocado.-¿Estás emocionado? –la pregunta es más rápida que su pensamiento.
-Por supuesto. –contesta de inmediato, pero juega con la fruta de su plato y le empuja lentamente. –¿Y tú?
Los ojos de Steven son fríos. El azul que tienen le recuerdan mucho al océano, siente que debajo de ellos hay una profundidad de la que nunca será parte.
-Nervioso. –se sincera. –Es una boda muy esperada.
Le sigue viendo. Le regala una sonrisa forzada. Se prepara su té y come silenciosamente.
-¿Te gustaría ir al museo? –se siente obligado a hacer o decir algo, lo que sea. –El compromiso es oficial y ya no hay problema que se nos vea juntos.
–Por supuesto. ¿Cuándo?
-Ahora. –no tendrá el mismo valor más tarde u otro día.
Puede ver la negativa en sus ojos. –Pero debemos volver temprano, tengo una cita con la reina. ‐nuevamente le sorprende.
Le acompaña a buscar un abrigo. Porque si se va, si lo pierde de vista un segundo, se arrepentirá.
Entra y su olfato es golpeado pero ese aroma que parece solo habitar en ese lado del castillo. Puede ver que las cartas se siguen acumulando y que hay cientos de cajas, de todos los tamaños, amontonadas en los rincones disponibles.
Steven entra a su armario y el espera. No quiere, pero la tentación le ganas y husmea entre el correo. Los sobres con sellos de Austria descansan del lado izquierdo del escritorio y los sobres azules con letras dorados de lado derecho, hay pequeñas cajas de chocolates y dulces sin abrir debajo de las mismas.
-¿Vamos? –se controla para no brincar cuando el príncipe le habla, estaba a nada de tocar el distintivo sobre qué llama poderosamente su atención.
Visitan el museo de historia. Steven parece conocer la historia de cada cuadro y descubre que su voz es bastante cálida, suave y muy agradable.
Pasean con la compañía de los seis guardaespaldas que les fueron asignados. Llamando obviamente la atención.Cuando las personas comienzan a aglomerarse, Steven instintivamente toma su mano y le sonríe, es una sonrisa delicada y le transmite calma. Es inquietante.
Le invita a almorzar, le dice que hay un restaurante espectacular a unas cuadras de ahí y que su pastel de carne es para morirse. Steven acepta encantado, feliz de conocer Escocia y despegarse del castillo un poco.
-En unos días será las preliminares, del concurso hípico. –comienza después que han tomado su orden. –Me he dado cuenta que no te gustan los caballos, pero me encantaría que fueras.
-Por supuesto.
-Pero porque quieres ir, no porque te sientas obligado. –muerde su labio inferior.
El príncipe guarda silencio unos segundos, parece pensarlo y meditar su respuesta.
-Estaré encantado de acompañarte, James. –suspira aliviado. Siente que ha vencido, no sabe qué pero que ha vencido.
-Gracias.
Regresan a Balmoral, la reina les espera en la entrada y besa sus mejillas, diciéndole que el gesto ha sido acertado y que ya hay fotografías de ellos en los noticieros.
Steven no parece feliz cuando la reina le felicita. Pero asiente y le dice que esta listo para ver los pasteles.
Camina al interior y no se voltea a verle. No le dice adiós, ni hasta luego. Ni nada. Y siente que pierde, no sabe qué tampoco, pero pierde cuando la espalda del príncipe se pierde en el interior del castillo y el solamente se queda ahí, observando.
ESTÁS LEYENDO
Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...