– ¡Lo sabía! –Steven da un brinco y coloca una mano sobre su pecho. – ¿Por qué no me dijiste?
– ¡Jesús, Anthony! –chilla el príncipe. –Pudiste matarme de un susto.
–Le han encontrado, ¿cierto? –sigue bloqueando el pasillo que da a la salida donde espera el auto. – ¿Por qué lo ocultaron?
–Te explicaré cuando vuelva. –Steven trate de esquivarle, pero es inútil. –Anthony...
–Iré contigo o llamo a mamá.
Los oscuros ojos del príncipe se afilan y asiente. –Bien, muévete.
Durante el trayecto Steven le dice que mejor le pregunte a Peter, que gustoso el dirá porque las razones de todo eso. Anthony termina de confirmar sus sospechas, Steven sabía lo que ocurría entre él y el rey.
El tráfico les detuvo por más de diez minutos, fue capaz de ver como el príncipe luchaba por no arrancarse el cabello. La desesperación era palpable, podía escuchar los latidos de Steven y veía que su sonrisa crecía y crecía conforme se iban acercando a dónde sea que fueran.
Las autoridades apenas llegaban, así que la prensa se mezclaba con los oficiales y se volvía difícil distinguir cual era cada uno. Al menos una docena de personas rondando el lugar.
El auto apenas tuvo tiempo de estacionarse frente a un viejo y abandonado edifico, Steven salió disparado cuando el coche terminaba de frenar. Y lo que Anthony Stark presenció quedará en su memoria como la demostración del amor en su forma más real.
Recupera la respiración cuando ve a su hermano salir del edificio. Trae una remera negra y un extraño pantalón militar. Sus mejillas están cubiertas de un delgado pero marcado vello facial. Está en una pieza, está sano y está salvo.
Steven va corriendo, atravesando la mezcla de oficiales y periodistas, sus delgadas piernas brincan y los brazos de James le reciben de inmediato. Su estómago tiembla, puede ver como su hermano besa las mejillas del príncipe y cierra los ojos. Steven sigue sobre él, con los brazos detrás de su cuello y las piernas enredadas en su torso. James le sostiene por la cintura y pareciera que sus cuerpos fueron diseñados para encajar el uno con el otro.
La prensa no pierde oportunidad y la lluvia de flashes se deja caer. Pero a ellos no parece importarle, siguen así, abrazados en medio del bullicio y pareciera que el mundo ha recuperado su alma.
Salen de la burbuja porque las autoridades deben investigar el edificio y asegurarse que están a salvo. Un grupo de paramédicos rodea al matrimonio y los oficiales les piden que vayan con ellos, la prensa sigue empujando y lanzado fotos.
–James... –musita cuando llega hasta él. Abrazarlo le devuelve el aliento, la vida. –Cristo, estás bien.
–En una pieza, Tony. –bromea. Tiene ojeras marcadas bajo sus celestes ojos pero está sonriendo, una brazo sobre sus hombros y su otra mano entrelazada con la de Steven.
El rubio discute un rato con las autoridades, diciendo que primero irán a casa, descansará y mañana continuaran con el protocolo. James le hace segundo, pidiendo ir a casa.
Cuando llegan al palacio sus padres ya están el apartado. Su madre abraza a James y besa sus mejillas, no sin antes recordarle que debe deshacerse de esa naciente barba. Su padre también le abraza, feliz de tenerle con ellos.
Es cerca de la una mañana cuando sus padres se despiden, después de James les asegurara que está enteramente bien y que una noche tranquila de sueño estará listo para hablar con las autoridades y la prensa. Anthony se da cuenta que James no suelta la mano de Steven en ningún momento, ni cuando toman el té.
También se da cuenta que su madre hizo todo lo posible por separarle pero fue en vano, aun mientras se despedían la mano de Steven seguía unida a la de su hermano.
–No sabes cuanta dicha hay en mi corazón en verte aquí, hermano. –se sincera. –No sabes cuanta.
Le abraza y despeina sus cabellos. –No iré a ninguna parte. –afirma.
Anthony se va porque un auto le espera del otro lado del palacio. Ahora que todo termino, tiene un par de preguntas que hacerle al intrigante rey de Francia.

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Palacio [STUCKY] [STARKER]
FanfictionInglaterra y Austria deciden unirse en un ventajoso matrimonio. Es simplemente perfecto. Aunque sea una interminable cascada de muchos desastres bastante afortunados. James, príncipe de Inglaterra, descubrirá que el amor es pequeño, rubio y bastant...