Y por un momento.

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Fue coronado a los diecinueve años, a las cuatro semanas posteriores al día que sus padres decidieran abordar el avión que les arrebataría la vida un par de minutos después. Recuerda que Steven estuvo sujetando su mano durante todo el evento mediático que se hizo para darle cristiana sepultura a sus padres.

De esos días ya no queda más que difusos recuerdos que parpadean en el fondo de su mente de vez en nunca. Las responsabilidades hicieron que su carácter fuera más fuerte, más fiero y se obligó a vivir del presente.

Por eso Peter era el querido Rey de Francia. Se hacía lo que él decía porque era todo para un bien mayor. Su padre le dijo, durante una tarde estudios, que ellos tienen grandes poderes, que son la luz de miles de vidas y que poderes como esos, conllevan grandes responsabilidades.

Cómo único hijo y heredero, fue criado para la grandeza. Aunque su madre, que provenía del impoluto linaje austriaco, le dijo que no tenía permitido olvidar mantener los pies en la tierra. Palabras que olvidó durante los dos primeros años de su reinado, luego tuvo que presentar disculpas ante la lápida donde descansa su mamá.

Aunque fue entendible. Peter llegó un poco tarde a la pubertad, todavía con dieciséis años parecía un crío de trece que cargaba demasiados libros y que definitivamente sería llamado "nerd" sí en sus hombros no estuviera la gran corona francesa.

Fue una tarde de agosto que su voz se endureció y su cuerpo floreció. Espalda ancha, mandíbula remarcada, sus enormes ojos se rodearon de espesas pestañas y sus piernas se estiraron tanto como quisieron.

Así que fue comprensible que perdiera un poco la cabeza cuando dejo de ser el patito feo a pasar a ser un adonis entre los mortales, sumando la corona que ahora reposaba en su cabeza. Peter no era más que un adolescente con demasiado dinero, poder y belleza. Los desfiles de mujeres prefabricadas comenzaron a ser de diario.

Al primer año de tener toda mujer que deseara, Peter se puso más exigente. Entonces delgados hombres de cintura cuestionable y llenos de puras malas intenciones, llegaron a Versalles. Y con ellos, llegaron sustancias de extraña y desconfiada naturaleza.

Fue ahí cuando el Rey Stefan tuvo que viajar desde Austria y castigar, como un crío más, al inestable joven promiscuo que Peter se había convertido.

–Te lo dije por las buenas y no quisiste escuchar, entonces lo haremos por las malas. –Peter recuerda que nunca antes había visto las cejas juntas y el enojo en los calmados ojos de su tío.

Por autorización del Rey Stefan se bloquearon cuentas bancarias, accesos y Versalles se mantuvo cerrada hasta que la desintoxicación del Rey Francés terminó. Peter recuerda que Steven estuvo ahí, le leía mil poemas mientras sentía como el síndrome de abstinencia estaba a punto de quitarle la cordura.

Fueron tres larguísimos meses donde Peter solamente tenía las risas de Steven como compañía. Donde no podía comer más que comida libre de carne y tomar únicamente agua. Peter entendió el castigo.

El Rey Stefan volvió a Austria y Peter nunca más volvió a las sustancias prohibidas. Aunque su naturaleza coqueta y mujeriega nunca se fueron. Fue ahí cuando la increíble e inigualable Jade Bravo, la única mujer que no pudo llevarse a la cama, llegó a su vida. Pero traía más sorpresas, no solo fue su entrenadora personal en artes marciales mixtas, sino que era una fantástica ejecutora, como le gustaba que la llamaran.

Pero a pesar de tener cuanto cuerpo se le antojara, Peter seguía hambriento. En el fondo de su estómago había un vacío que parecía nunca llenarse y Peter prefería decir que era hambre y no soledad. Porque rodeada de riquezas, grandezas y mil cuerpos, Peter seguía estando solo en su enorme palacio dorado.

Palacio [STUCKY] [STARKER]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora