Capitulo 201

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Narra Gaby.

+ Malú se está tardando demasiado, igual se durmió con Camila.

Digo haciendo reír a los presentes.

+ Subo a verla.

Anuncio levantándome. Al llegar arriba escucho como conversa con mi hija.

~ Lucia se porta mal y yo me porto bien, pero siempre que pide estar contigo te vas con ella y no conmigo.

Narra Malú.

¡Joder! Si Cami se siente así es porque no estoy haciendo bien las cosas.

- Ya, tienes razón. Lo siento.

Me disculpo, aunque sea una niña no merece que la haga sentir desplazada.

- Lo que pasa, cielo, es que Lucia todavía es un bebé, y tú eres grande, ¿ah que sí?

Intentaré ir en esa dirección. Le gusta sentirse mayor.

~ Sí.

- Bueno, por eso llora y hace rabietas.

Le explico.

- Y como pide estar conmigo, pues la cojo, pero te prometo que voy a poner atención para que tú también puedas estar conmigo todo lo que quieras, ¿vale, corazón?

Asiente satisfecha.

- Y si en un momento dado te apetece estar conmigo y yo no me he dado cuenta, me lo dices, ¿si?

~ Vale.

- Te quiero mucho, mi angelito.

Su sonrisa al escucharme podría iluminar toda la habitación.

~ Yo te quiero más.

- Eso es imposible.

Aseguro.

~ Sí, porque yo te quiero hasta el cielo.

- Yo también te quiero hasta el cielo. De ida y vuelta.

Sonrío.

- Anda, ahora a dormir, que se te cierran los ojillos.

Dejo un beso en su mejilla y compruebo que esté bien arropada, luego salgo de su habitación.

Narra Gaby.

+ Te has tardado.

- Ya. He hablado con Cami.

+ Te he escuchado.

- Cotilla, ¿no te han enseñado a no escuchar conversaciones ajenas?

+ Sí, me lo han enseñado, pero no lo he aprendido.

Le guiño un ojo y luego la rodeo por la espalda.

+ En cambio a ti, creo que no te han enseñado a ser tan comprensiva, pero lo eres.

Sonríe y se apega mas a mi, mimosa.

- No me gusta como he hecho sentir a Cami.

+ Vamos a hablarlo luego, ahora quiero que disfrutes con Alejandro, no has podido hacerlo en toda la noche.

Asiente. Sé que le apetece muchísimo poder hablar con él y las dos más pequeñitas han tenido toda su atención.

Volvemos al salón y Pepi ha calentado un nuevo plato con puchero para ella, todos se han dado cuenta de que es la única que no ha comido, ocupándose de mis hijas.

P: Toma Malú, come tú también.

- Gracias.

• Tengo que irme.

Se disculpa mirando el reloj.

- ¿Ya?

• Ya de ya.

Ríe picándola, pero yo noto la mirada de desilusión en los ojos de mi chica.

• Se ha hecho tarde.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora