Capitulo 390

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Narra Malú

Abro las piernas para que puedan hacerme la ecografía, estoy de poquitas semanas, por lo que debe de ser transvaginal. Mis ojos no quieren apartarse de la pantalla en la que el médico busca a nuestro bebé, pero no puedo evitar intercalarlos con la cara de mi chico, que a pesar de estar junto a mi observando sin querer perderse ningún detalle, le siento mas lejos que nunca.

Con recelo acerco mi mano a la suya, clava su mirada en la mía al sentir el roce y la aparta devolviendo su atención a la imagen que tenemos frente a nosotros. Con los ojos encharcados por el dolor de su furtivo rechazo imito la acción.

Med: Aquí está.

Señala una pequeña manchita que me hace derramar las lágrimas que llevo intentando retener.

Med: ¿Queréis escuchar el corazón?

- Sí.

Pido con un hilo de voz. Sollozo como una niña cuando los latidos se cuelan por mis oídos, me embriaga la emoción y por el rabillo del ojo miro a Gaby que tiene los suyos acuosos.

Med: Malú, voy dejarte ingresada esta noche. El bebé está bien, pero quisiera tenerte en observación.

+ ¿Qué pasa doctor?

Pregunta preocupado.

Med: Nada de que alarmarse. Ha llegado con una deshidratación moderada y debo asegurarme que no rechace líquidos ni alimentos vía oral.

Aún no he sido capaz de ingerir nada y han conseguido regularme a través de fluidos intravenosos.

Narra Gaby

Tras despedir a José y Sol bajo a la cafetería a por un bocata. Ellos han sido los primeros en llegar y los últimos en irse. Pepi y las chicas también han venido, mi intención era que su madre se quedara a pasar la noche, pero me ha suplicado que sea yo quien lo haga y a pesar del cabreo monumental que llevo por la discusión de esta mañana, no puedo negarme, ahora tengo que cuidar de ella y de la nueva vida que está gestando.

+ No has cenado.

Al regresar veo que la bandeja que dejaron antes está intacta.

- Es demasiado.

+ Tienes que comer para que puedan darte el alta.

Sus ojos se encharcan.

- Lo siento.

Ignoro sus palabras y le acerco el plato.

- Gaby, lo siento... háblame por favor.

Implora rota.

+ Cena.

Insisto.

- No.

Se niega rotunda.

- Hablemos y luego ceno.

+ No seas cría.

- Puedo serlo.

+ Buenas noches, Malú.

Cojo algunas cosas que tenia en el sofá dispuesto a irme.

+ Le diré a tu madre que se venga en mi coche.

Anuncio en el umbral de la puerta.

+ Supongo que tendrás la madurez para entender que ahora lo que haces también afectará a ese bebé que se está formando dentro de ti. Te pido que seas responsable.

La miro por última vez y salgo de allí.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora