Solo el amor nos salvará (Segunda parte)

Capitulo 295

Ped: Gaby, tendremos que dejarla ingresada.

Anuncia el pediatra que nos ha atendido. Trabajar aquí tiene sus beneficios y nada más llegar mi compañero se ocupó de hacerle una radiografía de tórax y tomarle una muestra de sangre.

Ped: Tiene neumonía... bacteriana.

Aclara.

+ Joder.

Lo imaginaba, por eso no he tardado en traerla, pero eso no hace que me preocupe menos.

Una vez instalados en la sala llamo a casa para avisar que tendremos que quedarnos.

Luego voy a las notificaciones de Whatsapp de mi chica, tengo varias. Dentro de unas horas es el concierto. Tendré que apañarme para que no se entere que Lu está en el hospital, de otra manera no va a disfrutar de su publico chileno. La veo capaz de cancelar todo lo que le queda por delante y coger el primer avión de regreso a España. Sé que no puede hacerlo y no dejaría de culparse. Lo mejor será que no sepa nada, además espero que la gorda evolucione bien con los antibióticos y nos den el alta dentro de pocos días.

- Hola cariño.

Oigo su voz cuando le marco.

+ Hola bonita, ¿Cómo estas?

- Bien. Voy en el coche, vamos a hacer la prueba de sonido.

+ ¿Cómo van esos nervios?

- Me comen.

Admite.

+ Que no, mi vida, lo vas a petar.

- ¿Y las chicas?

Pregunta... las echa mucho de menos.

- Me has llamado sin cámara, quiero veros.

+ No estoy en casa.

- ¿Y eso?

+ Es que he tenido que venir al hospital.

Odio mentirle, intentaré solo ocultar parte de la verdad.

+ Por una urgencia.

Aseguro sin especificar cuál.

- Jo, espero que vaya todo bien.

+ Si.

- ¿Cómo estáis? ¿Lu esta mejor?

+ Todavía tiene fiebre.

- Mi niña, me da una culpa no estar allí.

+ Se pondrá bien.

- ¿Ha dado mucha guerra?

+ Un poquito, sabes cómo es Lu.

- Ya... antes llame a casa y Carmen me dijo que estaba dormida.

Joder, ahora caigo que no depende solo de mi ocultarle la información. Necesitaré que Carmen sea mi cómplice. Y probablemente mis padres y Pepi también. Si Lu está ingresada necesitaré ayuda para que alguien pueda estar aquí con ella cuando yo voy a casa, mis otras hijas también me necesitan y no podría asegurar que Pepi estará dispuesta a mentirle a Malú.

+ Cielo, tengo que dejarte.

Le digo al notar como Lu se remueve incómoda, no quiero que la escuche.

+ Disfruta muchísimo de esta noche, ¿vale?

- Jo, me apetecía seguir hablando.

Dice de morros.

+ Lo siento...

- No pasa nada.

Sabe de sobra que cuando estoy trabajando puedo dejar una charla sin acabar, a veces los pacientes me necesitan con urgencia.

- Oye...

+ ¿Qué?

- Que te quiero.

Sonrío como un tonto.

+ Yo también te quiero.

Prometo.