Capitulo 274

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+ ¡Hey! ¡No me llores, bonita!

Me habla con toda la ternura que necesito escuchar.

- Quiero estar contigo.

Sollozo.

+ Voy a ir, ¿vale?, pero prométeme que vas a estar tranquila.

- No, no vengas.

Sin duda tengo al mejor novio del mundo, pero no me parece bien hacerle conducir por más de cuatro horas esta noche y mañana de regreso, ademas está con las chicas. No merece la pena.

+ Que si, en unas horas estoy ahí.

- No, cariño. Por favor, no lo hagas, con escucharte y que mañana me mimes mucho, estaré bien.

+ Cuéntame que pasó.

Narra Gaby

Me habla rota, se niega a que vaya, pero después de oír su voz quebrada y sentir su angustia no puedo hacer caso a sus palabras. Me necesita.

Son las ocho pasadas. Voy a pedirle a mis padres que se queden con las chicas. Si salgo de casa sobre las nueve me da tiempo a dejarles la cena y darle un baño yo mismo a las pequeñas. Con los nervios que hemos pasado hoy, estoy seguro que será mejor así.

Narra Malú

Después de hablar un largo rato con Gaby le devuelvo el móvil a mi prima. José se ha enterado del desmayo y no ha tardado en aparecer por aquí, aunque ha esperado paciente a que acabe de hablar con mi chico.

J: Canija.

Me abrazo al cuerpo de mi hermano.

J: ¿Estas mejor?

Me encojo de hombros.

- Tengo mucho miedo.

Hago referencia a la nueva amenaza. Si la persona que está detrás de esto ha sido capaz de hacer lo de hoy, no me atrevo a imaginar hasta donde puede llegar, pero me aterra pensar en que pueda hacerle daño a Gaby o las chicas.

J: Va a estar todo bien.

Promete en un intento fallido de tranquilizarme.

- No quiero dormir sola. ¿puedes pasarte a mi habitación?

J: Por supuesto.

Subimos y me tiro en la cama, abrazo una almohada e inevitablemente las lágrimas vuelven a salir. El agotamiento me vence y caigo rendida, por supuesto que una horrible pesadilla es la encargada de interrumpir mi descanso.

J: Shhhhh

Acaricia mi espalda.

J: Que no pasa nada, estamos aquí.

- Quiero irme a casa, José.

Me mira confundido.

- Necesito a Gaby.

Le digo, otra vez llorando.

- No voy a poder dormir, necesito estar con él.

Mis ojos deben ser un reflejo absoluto de la desesperación que siento, porque sin chistar ni intentar convencerme de esperar a mañana como teníamos planeado, asiente.

J: Vamos a pedirle a Manu que nos lleve, no quiero que vayas sola, el tendrá que ocuparse de la carretera.

Acepto, nada me importa, únicamente poder refugiarme rápido en los brazos de la única persona en el mundo que me hace sentir verdaderamente protegida.

Acompañada de José, doy unos golpes en la puerta de la habitación del hombre que lleva años ocupándose de mi seguridad.

M: Jefa.

Saluda animado abriéndonos. Su cara cambia de inmediato al ver la mía, empapada por las lágrimas, con los ojos hinchados y convertida en un maldito desastre.

- Siento molestarte.

Aseguro abatida.

- Pero necesito que me lleves a casa.

Suplico sollozando.

M: Vamos.

Responde sin dudarlo.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora