Capitulo 216

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- Vamos a comer, anda.

+ ¿Estamos bien?

Pregunta comedido. El disgusto ha sido importante.

- Sí.

No quiero estar mal con él, estas fechas son mágicas y todos nos equivocamos.

- ¿Ayudas tú a Lu?

+ Vale.

Salimos de la cocina. El en busca de las más pequeñas y yo dispuesta a despertar a la mayor.

+ Ala, a lavarse las manos.

- Despierta dormilona.

Me siento en su cama y acaricio su pelo como si de una niña se tratase. Se queja girándose para que no la moleste.

- Anda remolona, que te hemos dado un rato largo.

A: ¿Qué hora es?

- Las dos, vamos a comer.

A: No tengo hambre.

- Pero yo si y muero por colocar el árbol.

A: Malú... Mamá...

Se corrige rápidamente, aún adormilada, haciéndome sonreír.

A: Creo que me va a costar un poco cambiar la forma en que te llamo.

- Quiero que me llames como te sientas cómoda.

A: Me hace ilusión llamarte mamá.

Reconoce tímida.

- Y a mi que lo hagas.

A: ¿Qué le has dicho a papá?

- La verdad.

Veo el miedo en su expresión y no puedo evitar reír.

- Que me has llamado mamá.

A: ¿Y de la fiesta?

- No preguntó nada más, de momento quedará entre nosotras, pero si pregunta voy a contárselo.

A: Gracias.

- Alba, no quiero más mentiras, ni tampoco parte de la verdad.

La miro seria. Asiente.

- No le he dicho nada a Gaby porque me lo has contado a mí y creo haberte hecho entender, pero no traiciones su confianza, ni tampoco la mía.

A: ¿Estas enfadada?

- No, pero si vuelve a pasar si que lo estaré.

A: Vale.

- Vamos a comer, anda.

Narra Gaby

La ilusión que reflejan las caras de las chicas es la imagen que quiero guardar en mi retina para toda la vida. El árbol ya está puesto y mis cuatro mujeres son las encargadas de colocar todos los adornos.

Cojo a Cami y la siento sobre mis hombros para que sea ella quien ponga la estrella.

- Me quedaría a vivir en este momento.

Dice sonriente al sentir como mis brazos la rodean por la espalda. Con los suyos abraza los míos y apoya su cabeza en mi torso, mimosa.

..

..

Sobre las ocho vuelve a bajar, la he convencido para que se duerma una siesta, estaba súper cansada y con la tormenta que esta cayendo, el plan de la tarde era quedarse en casa.

- Hola bichillos.

= Lulú.

- ¿Queréis que os dé un bañito?

= Abua.

- Si, corazón.

Coge a Lucia aupa.

- ¿Vamos, Cami?

~ Chi.

A: Ma..l... Mamá... ¿Puedo pasarme las fotos?

Le pregunta cogiendo su móvil que ha dejado sobre la mesa. Hemos hecho varías al poner el árbol, algunas bonitas y otras haciendo el tonto.

- Claro. Vamos arriba preciosas.

~ Yo con papi.

La miro sorprendido, no suele pedir por mi al estar con Malú.

- Pero si hace un momento me has dicho que sí.

~ Quiero con papi.

Se encoge de hombros.

+ Vamos anda.

No voy a negarme, le doy un baño y luego algo de cenar, no se que le pasa, de un segundo a otro se ha puesto seria.

+ ¿Te leo un cuento y a dormir, vale?

Asiente. Hago lo prometido y al arroparla en su cama intento investigar.

+ ¿Qué pasa Cami?

~ Nada.

+ Sabes que no debes mentir, ¿no?

Se encoge de hombros.

+ Te has puesto triste desde que Malú te ofreció darte un baño...

Repite el gesto, sus ojitos brillan de más.

+ ¿Quieres contarme que ha pasado?

Niega con la cabeza y abraza a su conejito.

+ Cuando te veas lista me lo cuentas, ¿vale, preciosa?

Asiente sin decir ni una sola palabra. Esperaré hasta mañana. Dejo un beso en su cabecita y tras recordarle cuanto la quiero salgo de su habitación.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora