Capitulo 319

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Los días pasan y estos arrastran las semanas. No quiero darme cuenta cuando ya estamos entrando en el puente de Semana Santa. Juego en el salón con Camila y Lucia mientras Malú prepara la habitación de invitados. Vero estará por caer junto con Carla y Asier.

~ Yo quiero que Carla duerma conmigo, papi.

= Co mio.

Lucia me hace explotar en una carcajada. Se copia de todo lo que dice Cami, pero con una lengüita de trapo que la hace comestible.

+ Creo que mami le ha puesto la cama con Cami esta vez, Lu.

~ Si, porque yo soy mayor y Carla es mi amiga.

Dice orgullosa. La verdad es que la niña le lleva varios años, pero juegan súper bien juntas y tenemos la esperanza que dormir con ella en su habitación la ayude a no venir a la nuestra. Últimamente lo hace demasiado.

= Lu mayol.

+ ¿Tu eres mayor?

Asiente llevándose el chupete a la boca. No puedo evitar volver a carcajear.

= Ven aquí que te voy a comer.

Le pido, mientras hago pedorretas es su barriguita. Se parte de risa.

~ A mi también, papi.

Las tumbo a ambas en la alfombra y entramos en una guerra de cosquillas que solo genera alegría. Las perras escuchan el jaleo y no tardan en aparecer moviendo el rabo.

+ ¿Qué pasa? ¿vosotras también queréis mimos?

Pregunto dejando un beso en el morro de Danka.

- ¡Ahhhh! ¡Gabyyyy!

Grita apurada. Me levanto y corro en su búsqueda.

+ ¿Qué pasa?

- Una araña.

Señala el suelo.

+ Joder, Malú. Me has asustado.

Digo dispuesto a matarla.

- ¡No!

Me giro para verla.

- Que no la mates.

Pone esos ojillos de no haber roto un plato en su vida.

- Solo no la quiero en casa.

Niego con una sonora sonrisa. Esta mujer es de lo que no hay. Cojo un libro que encuentro a mano y la hago trepar allí, para luego dejarla escapar por la ventana hacia el jardín.

+ Ven aquí que me tienes que pagar el susto de muerte que me has dado con tu grito.

- ¿Yo?

Se hace la desentendida.

+ Tu.

Confirmo.

- ¿Y como quieres que te lo pague?

Pregunta provocativa, a quemarropa de mis labios.

Se equivoca, aunque adoro nuestros piques, no es lo que necesito ahora, sino que me diga el qué la atormenta.

+ Contándome que te pasa.

Respondo atrapando su cara entre mis manos dulcemente. Anclo mis ojos en los suyos, nuestras miradas siempre se dicen la verdad.

- Nada.

+ Mentir se te da fatal, ¿sabías?

- Que no me pasa nada.

+ Estas rara hace varios días.

- Ya están aquí.

Anuncia escabulléndose con prisa al oír el timbre.

+ Agradece a tu amiga, que te saca de los apuros.

Grito para que me oiga. Ya esta fuera de la habitación y yo igual de preocupado que antes.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora