Capitulo 359

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Narra Malú

Completamente desnuda me tapo con la sabana hasta el cuello y no con poco esfuerzo aguanto las carcajadas que quieren escapar de mi boca al oírle entrar en la habitación maldiciendo a todo Dios. Sé cuánto le gusta picarme, pero a mi también me gusta hacerlo.

- Te noto acalorado.

Comento traviesa al ver que su pantalón abulta demasiado.

- Te vendría bien una ducha fría.

Le sugiero.

- O igual te acabas el helado.

+ Te voy a hacer el amor hasta que no te quede voz de tanto gritar mi nombre.

- Suena tentador.

Mantengo la seriedad, aunque por poco me descojono.

- Pero es que hoy no me apetece.

Miento sabiendo que me respeta tanto que no va a tocarme un pelo con aquel argumento.

Resopla frustrado y se dispone a cambiar el rumbo, seguramente a por esa ducha que le he recomendado hace pocos segundos.

+ ¡Hostia puta!

Oigo como grita desde el baño. Adivino que es su reacción al sentir el agua totalmente helada rozando su cuerpo. Me parto. Pobrecito, le estoy haciendo sufrir.

Pocos minutos después se tumba a mi lado.

- Gaby.

Le llamo con voz de niña buena y poniendo ojitos. Consigo lo que quiero con el cuando lo hago.

+ ¿Qué?

- Acércate más.

Lo hace.

- Un poquito más.

Vuelve a hacerlo. Esta vez levanto la sábana, dejándole ver que no llevo nada puesto.

+ ¡Joder, Malú!

Resopla. No puedo evitarlo y dejo que una gran carcajada resuene por toda la habitación.

+ Ponte algo, anda.

Su pedido suena a suplica.

- No me apetece.

Confieso juguetona, y me acerco despacio a su boca. La rozo. Luego le beso y por último, me aparto llevándome su labio inferior entre mis dientes.

+ Te voy a matar.

Murmura en mi oído.

- ¿Qué pasa? ¿no te ha gustado la ducha fría o que?

+ Que graciosa estás tú hoy.

- ¿Sabes lo que pasa?

No dejamos de hablarnos bajito, muy cerquita uno del otro, provocándonos y con la temperatura volviendo a subir haciendo que nos consuman las ganas.

+ No... ¿Qué pasa?

- Que me has quitado mi helado... Y cuando alguien toca lo que es mío, merece un castigo.

+ Y has decidido castigarme sin sexo...

- No... Estaría muy bien, pero también supondría un castigo para mí.

Confirmo mis palabras, llevando su mano a mi intimidad, totalmente empapada.

- Mis dedos me han ayudado a aguantar un poquito.

Muerdo el lóbulo de su oreja.

- Para poder esperarte, mientras disfrutaba oír tu sufrimiento bajo la ducha que te enseñó a no meterte con lo que es mío.

+ Lección aprendida.

Pronuncia con dificultad al sentir mi mano en su miembro. Pienso torturarle solo un poco más, y luego acabar la noche como a los dos más nos gusta.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora