Capitulo 223

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Llevamos dos días estupendos en esta preciosa ciudad. Paseamos por los sitios más emblemáticos y disfrutamos de cada minuto en familia. Aunque había estado varias veces aquí, nunca en estas fechas, y he de decir que es de lo más bonito que he visto.

Tras bajar las 86 plantas del Empire State hemos decidido pasear otra vez por Time Square. El hotel donde alojamos es aquí y aunque no llueve, hace un frío de cojones, por lo que queremos estar cerca para poder volver si hace falta.

~ ¿Podemos entrar?

Cami señala aquella llamativa entrada de la tienda de  Disney. Pasamos allí un rato con varias cosas en nuestras manos que queremos comprar.

~ Mami, ¿podemos llevar también este?

Me enseña un disfraz de Elsa, adora Frozen, aunque ya se ha elegido alguno de otra princesa y algunos peluches.

- Sí.

+ Cariño, voy a la planta de arriba con la peque.

Me avisa. Lucia no se ha separado de su padre en todo el día. Alba y Cami van conmigo.

A: Espera, papá.

Gaby le mira expectante.

A: Cami, ¿Por qué no te subes con él?

Propone. La niña está disfrutando tanto que no pone pegas y corre a coger la mano de su padre que la recibe con una sonrisa. Miro a Alba interrogante, sólo se encoge de hombros y finge centrar su atención en una camiseta. Tan solo unos segundos después me alcanza.

A: Mamá, creo que hay una mujer que nos está siguiendo.

- ¿Qué mujer?

Disimuladamente la busco con la mirada.

A: Aquella.

Me indica a alguien no demasiado cerca, tampoco demasiado lejos. No demuestra interés en nosotras.

- No me parece, Alba, pero igual me ha reconocido.

Quito hierro al asunto. Estoy tan acostumbrada a que me paren en cualquier sitio, que agradezco el respeto que pueda tener la gente por estas vacaciones familiares. Aquí no me conocen, pero la cuidad está llena de turistas, igual es algo que puede pasar.

A: Ya, es que se fijaba más en papá que en ti.

Normal, con lo bueno que está Gaby, aunque ese es un comentario que le diría a Vero, no a una que a día de hoy considero nuestra hija.

- Cielo, estamos todos juntos.

Intento tranquilizarla. Miro una vez más a la mujer, ésta vez si parece tener intención de echarnos una foto, pero al sentirse descubierta sale con prisa de la tienda para perderse entre la multitud de aquella transitada esquina.

- Ya se ha ido.

Acaricio su brazo.

A: Me pone nerviosa.

Reconoce cohibida.

- Que no pasa nada, seguro era una fan, o la prensa.

Aquella opción me haría menos gracia.

- No te preocupes.

A: No quiero que nos hagan daño, ni a papá ni a ti.

- Nadie va a hacernos daño, corazón, lo más probable es que me hayan reconocido, no sería la primera vez que pasa.

Insisto, ya me han hecho fotos junto a las chicas, sus rostros no aparecen, pero si han llegado a publicar algo en alguna que otra ocasión.

A: Ya lo sé, pero aquella mujer era diferente.

- ¿Diferente?

Se encoge de hombros.

- Si vuelves a verla, me lo dices, pero no creo que sea para preocuparse, ¿vale?

Asiente dudosa.

- Anda, vamos a disfrutar.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora