Capitulo 325

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Sus ojitos me miran expectantes.

+ ¿Quieres decirme algo tú primero?

Estoy convencido de que no lo hará, pero prefiero darla la oportunidad de ser ella quien me cuente lo que siente.

Hace un gesto de negación.

+ Estas diferente desde que salimos del estudio del abogado.

Le hablo dulce, poniendo un mechón de pelo detrás de su oreja, y luego entrelazo nuestras manos.

- No me apetece hablar de ello.

+ Cariño, yo sé la ilusión que te hace adoptar a las chicas, y vas a hacerlo, solo hay que tener un poquito de paciencia.

- Ya.

Hace el amago de soltarse de mi agarre.

+ ¡Hey!

Vuelvo a coger sus manos junto a las mías.

+ También sé que no entiendes el por qué no te he pedido que te cases conmigo para poder hacerlo.

Me mira ojiplática ante mi aseveración. Inmediatamente baja la mirada, avergonzada. Con dos de mis dedos levanto su mentón, obligándola a encontrarnos en el leguaje mudo que solo hablan sus ojos con los míos.

+ Conociéndote como lo hago, juraría que no me equivoco si aseguro que te comes el coco buscando las razones, especulando que probablemente no quiero casarme contigo, culpándote por soñar con nuestra boda, cuando piensas que a mí no me apetece.

Sus ojillos se cristalizan, confirmando que en su cabecita, mis palabras son ciertas.

+ Mi amor... ¿Sabes hace cuánto tiempo sueño con verte vestida de blanco para mi?

Beso una lágrima que escapa de sus ojos.

+ ¿Sabes cuánto deseo que seas mi esposa?

Se encoge de hombros.

- ¿Y por qué no me lo pides?

Pregunta en un murmuro con una mezcla de dolor y timidez.

+ Porque no quiero que pienses que lo hago obligado por un juez a este compromiso.

Le explico. Tengo tan claro el como y cuando proponérselo que me jodería perder la magia del momento por firmar unos documentos que pueden esperar.

+ No me parece justo que si ambos soñamos con nuestra boda, tengamos que condicionarla a unos papeles que te reafirman en un rol que es únicamente tuyo.

Reflexiono.

+ Merecemos estar prometidos disfrutando de nuestro compromiso, no sentirlo una obligación. Y no me malinterpretes.

Aclaro.

+ Yo mismo empecé con los trámites de adopción porque más  que nadie quiero que legalmente te conviertas en su madre... pero con esos documentos o sin ellos, tú ya eres la mamá de las chicas.

Con la mano que me queda libre acaricio su mejilla.

+ Quiero casarme contigo sin presiones, que tengas la boda que siempre has soñado, no convertir ese día que debe ser tan especial en un trámite burocrático. Quiero que pasemos por el altar porque es nuestro deseo, no porque nos veamos forzados a hacerlo en este momento para cumplir con las condiciones de alguien que solo mira un papel y no la dedicación que tienes hacia las chicas.

No puedo negar que al salir del buffet aquel día mi primer impulso fue pedirle que se case conmigo inmediatamente, pero luego lo he pensado, y no creo que merezca la pena renunciar a tantos sueños juntos, por firmar con prisa aquellos documentos que únicamente atestiguan frente a la ley algo que nosotros tenemos tan claro en casa.

+ Mi vida, tú eres la única mujer en el mundo para mi y contigo lo quiero todo, quiero la boda, quiero volver a ser padre, quiero que adoptes a las chicas, quiero alcanzar metas juntos, quiero envejecer a tu lado y por sobre todo, quiero que disfrutemos de cada una de esas cosas.

Prometo emocionado. Ella también lo está.

+ La vida es tanto más bonita junto a ti, que me parece que ambos merecemos vivirla a nuestro ritmo.

Siento algunas lágrimas sobre mi cuello. Hace unos minutos ha vuelto a su escondite y ahora creo que nada la sacará de allí.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora