Capitulo 308

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Llego con pocos minutos de retraso a la cafetería del hospital. Hoy como con Luis, no hemos perdido la costumbre.

L: Jodido si estas.

Me saluda.

L: Que cara.

+ Hola Luis, ¿Qué tal?

Respondo irónico.

L: Mucho mejor que tú, no tengo dudas.

+ Ya.

Suspiro agobiado. No va a dejar de insistir hasta que se lo cuente.

+ Es Malú.

L: ¿Qué pasa con Malú?

+ Me pidió adoptar a las chicas.

L: Con esa mujer te has ganado la lotería, Gaby.

Sentencia.

L: No pillo el por qué de tu cara de velorio.

+ Porque lo hizo después de que le oculté lo de Lucia, argumentando que si algo pasa entre nosotros yo la alejaría de ellas.

L: Tu no harías eso, ni a tus hijas, ni a Malú.

+ ¡Gracias, joder!

Doy un leve golpe sobre la mesa, expresando mi frustración.

+ Eres el único que de momento no me ve como un desalmado.

Me mira confuso.

+ Hace un par de noches Alba vino a la habitación de invitados a preguntarme si la seguirían viendo si lo dejamos, si podía seguir llamándola mamá...

L: ¿A la habitación de invitados?

+ Llevo algunas noches durmiendo allí. Le dije que necesitaba tiempo para pensar.

L: ¿Pensar el qué, chaval?

+ No sé si puedo seguir con ella, Luis... si se cree que la separaría de las chicas es porque no me conoce, y no puedo estar con alguien que me ve como un monstruo.

L: Que equivocado estas.

Mi hermano siempre me hace ver la otra cara de la moneda.

L: Cualquier persona en el mundo vería normal separar a sus hijas de una ex si no son nada de ella.

+ Son sus hijas.

L: No para la ley, ni para nadie que no os conozca, estas en todo tu derecho a prohibirle cualquier tipo de contacto.

+ ¿Cómo voy a hacerlas algo así?

L: Yo sé que tú no lo harías, Gaby, pero su temor es válido, que Alba te lo haya preguntado te demuestra que es lo normal. Cuando las parejas lo dejan, no suele ser en buenos términos.

+ No voy a castigar a las chicas por lo que pase entre nosotros.

L: Ya lo sé, pero aseguraría que cualquier otro si lo haría, eres un hombre muy noble, piensas en ellas antes que en ti, tienes un corazón tan grande que ni te entra en la cabeza que alguien pudiera actuar diferente, pero las parejas al dejarlo, se vuelven irreconocibles.

+ Es que tampoco entiendo por qué piensa en dejarlo.

Admito lleno de dolor.

+ Tendría que haberle contado que ingresaron a Lucia, fue un coñazo, reconozco mi error, ¿pero por eso vamos a olvidar todo lo bueno que tenemos?

L: ¿Y no es lo que estás haciendo tú ahora mismo?

Pregunta haciéndome reflexionar.

L: Te dio la peor excusa para pedirte la adopción de las chicas, ¿pero no te has puesto a pensar en la bendición que tienes al haber encontrado a alguien que las quiera así? Era tu gran temor cuando la conociste.

Me recuerda.

L: Malú no aceptó a tus hijas, las hizo suyas. Y le estás pagando de la misma manera que le reprochas.

+ Soy gilipollas.

La culpa me come, la he hecho sufrir y no lo merece.

L: Malú te devolvió la vida, Gaby, no hagas algo de lo que vas a arrepentirte.

Narra Malú

Me siento en el avión al lado de mi prima. Vamos rumbo a Tenerife. Este fin de semana tocamos allí. Me hacía mucha ilusión que Gaby viniera conmigo. En determinado momento lo charlamos, pero luego tuvimos la discusión que nos ha mantenido alejados ya tantos días. Una lágrima recorre tímidamente mi mejilla. La intercepto antes de dejarla caer al vacío. Este supondría ser un fin de semana mágico, y ni siquiera nos hemos despedido.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora