Capitulo 299

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- Gracias otra vez.

Abrazo a Sol despidiéndome. Ha conseguido cambiar mi vuelo para uno que salía por la mañana. Los demás viajarán esta noche. Yo necesito llegar ya mismo a Madrid.

Las horas se me hacen eternas. A pesar de no haber pegado ojo, en el avión tampoco puedo dormir.

Narra Gaby

= Mami.

Sentado en la camilla acaricio la mejilla de Lucia. Otra vez pregunta por Malú. Me rompe el alma ver a la pequeñita necesitando de ella, y que esté tan lejos.

+ Por la mañana vendrá mami.

= Mami.

Estira sus bracitos haciendo que inmediatamente me gire. La miro confundido.

- Mi amor.

Se lanza a la nena como un león que ataca su presa, pero con la delicadeza de quien cuida de una flor.

= Casha mami.

- Todavía no puedes ir a casa, bichito.

La nena no deja de pasar sus manitas por la cara de Malú, acariciandola, yo me derrito, mirándolas embelesado.

- Pero si que estoy aquí contigo.

+ ¿Cuándo has llegado?... Iba a ir a recogerte por la mañana.

Intervengo. No quise interrumpir antes su momento.

- Le pedí a Sol que cambie mi boleto.

Responde fría, sin siquiera mirarme.

+ Te he echado de menos.

Acerco mi mano a la suya, que quita nada más rozarla, y me mira con tanta intensidad que creo que podría hacerme arder en llamas.

Narra Malú

Sus caricias me despiertan. Me he dormido junto a Lucia que también lo ha hecho.

- No me toques.

Digo brusca.

+ Vamos a casa.

Susurra para no despertar a la nena. Miro todavía adormilada a mi alrededor. Mamá está sentada en el pequeño sofá cerca de la camilla, sin despegar los ojos de su libro.

- No quiero. Voy a quedarme con Lu.

Aseguro con voz de pocos amigos.

+ Estas agotada, te vendrá bien.

- ¿Puedes parar de alejarme de la niña?

Exploto indignada.

+ No te alejo de nadie.

Responde cabreado.

+ Pero son tres...

Trago saliva. He estado tan ocupada en defenderme de las ofensas de Gaby, que no he pensado en Cami y Alba.

+ Y ellas también te necesitan... Te echan de menos.

Resoplo. Saludo a mi madre, que no pueda evitar lanzarme una mirada de desaprobación, ha pretendido hacerse la distraída, a pesar de haber oído nuestra discusión, pero siempre se pone del lado de Gaby, pareciera que su hijo es él.

Me despido de Lucia que también se ha despertado y salgo rumbo al coche. El trayecto lo hacemos en absoluto silencio, por primera vez, totalmente incómodo.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora