Capitulo 345

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Narra Gaby

Llegamos a Madrid sobre las 3. Estamos muertos de hambre, por lo que de camino Malú ha llamado para pedir unas pizzas y pocos minutos después de aparcar en el garaje, suena el timbre. Agradezco al repartidor y entro con nuestra comida. Nada más apoyarla en la mesa tengo a las cuatro mujeres desesperadas por atacar el alimento, parecen cuatro leonas frente a su presa.

+ Oye, aquí cualquiera diría que no habéis comido en días.

Malú mira su reloj sin dejar de engullir.

- Cinco horas.

Asegura graciosa.

+ ¿Puedo coger uno, o os pensáis acabar todo entre vosotras?

Me río.

~ Ten, papi.

+ Gracias, cielo.

Me siento para comer con ellas. Las perras no dejan de merodear esperando a que les soltemos alguna migaja.

- Que vosotras no podéis comer pizza.

Les explica Malú. Danka le responde con un morreo de esos que nos hacen reír a todos.

- Déjame acabar esto, gorda.

Acaricia su cabeza.

- Y luego nos comemos la boca.

Me hace mucha gracia la forma en que mi chica trata con nuestras mascotas, y mas gracia aún que todos aquí hemos aprendido de ella.

Cojo en mis brazos a la más pequeña, la culo inquieto que Malú integró a nuestra familia para mi cumpleaños, la que se hace pis en cualquier sitio y mueve su rabito por donde quiera que pase. Es una loca que nos llena de alegría a todos y que ahora mismo me mira con unos ojillos de pena que conquistarían a cualquiera.

+ ¿Queréis ir al parque?

Pregunto a las chicas y a las perras.

~ ¡Si!

El entusiasmo de Camila llega a ser contagioso.

= Paque.

Lu repite con la boquita llena.

- Que tienes que terminar de comer, tragona.

~ Yo ya acabé.

+ Ala, que rápido.

Sonrío. Con tal de salir le da igual dejar de comer.

+ ¿Vosotras os venís?

Las perras necesitan salir un poco y hace un día precioso para dejarlas correr libremente. Cami y Lu adoran que las llevemos al parque, pero suelen ser paseos solo nuestros. Malú y Alba no lo hacen muy a menudo.

A: Tengo que estudiar, que mañana tengo examen.

- Y yo estoy agotada.

Normal. Después del concierto que se marcó anoche.

- Además debiese recoger un poco todo esto.

+ Vale.

- ¿Te pasas a hacer la compra?

Me pide con carita angelical.

+ Después del parque traigo a las perras y voy con las nenas.

- Vale, pero no tardéis.

La miro gracioso, arqueando una ceja.

- Quiero un chocolate.

Explica encogiéndose de hombros. A veces es una niña más.

+ Ya me parecía que no era la falta de manzanas lo que me metía prisas.

Una carcajada resuena por el salón.

- Hombre, las calorías post concierto hay que recuperarlas.

+ Eres una consentida y no hay otra explicación.

Digo animado y besando sus labios. Pongo las correas a las perras y salgo de casa junto a las pequeñas.

Solo el amor nos salvará (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora